Mi llanto suena por toda la casa, los gritos y golpes son constantes.
Una mano me toma desde el pelo y me levanta, el dolor y miedo invaden todo mi cuerpo, ¿Acaso nunca parara? ¿Acaso es mi culpa?
Mis heridas sangran, y siento como me avienta hacia la pared con fuerza, dejo de escuchar, solo puedo sentir el inmenso dolor en mi espalda.
El se aleja enojado y cierra la puerta de un golpe, no puedo dejar de llorar, me duele mi cuerpo, me duelen las heridas, solo quiero que pare, quiero dejar de sufrir.
Me pongo en posición fetal esperando a que tenga las fuerzas para levantarme, necesito bañarme, necesito limpiarme, estoy sucia, defectuosa.
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Es lunes por la mañana, las montañas están nevadas, el agua de las cunetas está congelada y el camino escarchado. El aire está húmedo, incluso puedo sentir como la sensación fría traspasa mi abrigo, miro hacia el cielo y es hermoso, ¿Como puede ser tan siniestro y hermoso el invierno?
A lo legos puedo ver como los grupos de amigos se acercan y se ríen se ríen ¿Cómo les puede ser tan fácil? ¿Cómo no les cansa fingir? A mi alrededor no ahí personas, ahí monstruos disfrazados de personas, verlos sonreír, ¿amables? Ellos solo te exprimen, te sacan todo tu brillo y te desechan, ninguno es real, todos son unos falsos.
Estoy a pasos de mi universidad, y solo quiero devolverme a mi casa, acostarme y curar mis heridas, quizás el se paso un poco ayer, quizás no debí venir, pero lo hace porque me ama, yo lo sé, siempre me lo dice, aparte, me preparo el desayuno hoy y dijo que seria la ultima vez, ¿no? Se que lo ha dicho antes, pero es mi culpa, yo me lo merezco, ¿verdad?
Me encanta estar acá, ¿y si los mato a todos? No.
Ella esta a pasos de mí, esa piel pálida y ojos cafés, me encantaría ver su cadáver, ver su rostro pidiendo perdón, suplicando, no.
No, no, no, no, ahora ¿Por qué ahora? Al fin y al cabo creo que soy igual al resto, un monstruo con cara bonita y dulce voz, que solo busca hacer daño, quizás, solo quizás, porque estoy dañada.
