Cargas familiares

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Aclaraciones del capítulo: ¡Leer antes de iniciar!
• Angst: Vocabulario delicado; menciones de muerte, suicidio y autolesiones.
• Personajes de Mortal Kombat X.
• Terror psicológico.
• Capítulo largo.

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II
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Parte 1: El inicio de una odisea.

El invierno finalmente había llegado y con ello el aire de la ciudad había cambiado, mostrándose mas melancólico y grisáceo que en los días pasados del otoño, cuyos colores eran más cálidos y regalaban al samurai tranquilidad a su mente.

Habían estado pasando algunos meses donde tenía sube y bajas en sus estados de ánimo. No podía quejarse de sentirse mal por algo en específico porque cuando pensaba en ello, se daba cuenta que la razón de su tristeza era más que irrelevante. Desde que encontró su legado, aquella katana con Tsukamaki tejido en rojo y los detalles de Lycoris Radiata, flor tan típica japonesa que según las leyendas, son regalos de la naturaleza a los que han abandonado este plano. Su tan amada katana, llevaba consigo la carga familiar de generaciones. Kenshi empezaba a pensar que las voces provenientes de la espada, buscaban no solo aconsejarle, si no también llevarlo hasta su propia muerte. Sus nervios habían incrementado y con ello las horas que dormía eran casi nulas; ni hablar del tiempo excesivo que permanecía en el trabajo con tal de ignorarlas. Porque, aunque parecieran tan inofensivas, siempre que estaba en soledad las almas de sus antepasados controlaban su mente, llevándolo hasta el punto de lastimarse.

Sonya, pareció notar que el hombre adulto no estaba muy enfocado durante la formación en la mañana del lunes, cuando los había llamado a todos por un nuevo trabajo en Tailandia. La mujer de cabellos amarillos pensó por un momento que volver a Tailandia, (la tierra donde Kenshi había conocido a su Ex-esposa y donde también la mujer había dado su vida por proteger a su hijo.) Le causaba cierto descontento y recuerdos no muy buenos al espadachín. Sin embargo, horas más tarde el mismo día, se dio cuenta que incluso cuando Takeda le hablaba a su padre, este parecía estar perdido en su mente manteniendo una postura rígida y alerta pese a que no le ponía atención al adolescente.

— Papá, ¿Papá? ¿me estás escuchando? — Preguntó Takeda con curiosidad viendo al hombre tan absorto en sus pensamientos.—

— Claro, me relatabas acerca de los restaurantes a los que quieres vayamos cuando estemos en Tailandia... — Kenshi suspiró y fingió una sonrisa para dedicársela a su hijo. No iba a permitirse seguir poniéndole atención a las fuertes voces de las almas atrapadas en la espada.—

— ¡Sí! Además, hay un lugar muy, muy bonito de templos budistas. Mamá adoraba ese lugar y estoy seguro que puede que te guste también, incluso podemos llevar a Johnny. — Kenshi rió suavemente y asintió con la cabeza.—

— Solo no le digas que no lleve nada extravagante, te llevará la contraria y nos hará pasar pena en el templo. — Las carcajadas de su hijo se escucharon por el lugar, llegando a oídos del mismísimo Johnny que había estado durmiendo cerca de donde Takeda y Kenshi se encontraban hablando.—

— ¡De mi no van a estar hablándo! — Gritó de la nada ganándose las miradas de todos a excepción de la de Kenshi (por obviedad) —

— ¿Cómo sabes que estamos hablando de ti? — Preguntó Kenshi con una sonrisita cansada mientras escuchaba los pasos de Cage acercarse hasta donde se encontraba sentado.—

— Tengo una muy buena intuición, Mr.FBI. — el de ojos avellana empujó con su índice la frente de su "amigo" , aprovechándose de la baja guardia de Kenshi cuando él se encontraba cerca, detalló su rostro dándose cuenta que estaba demacrado.— Los años no vienen solos, Takahashi, si no duermes ni te haces un cuidado de piel adecuado tendrás muchas arrugas y tu sexy rostro se irá a la mierda.

One shots- JohnshiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora