DOS

6 0 0
                                        

Desperté en una habitación, bueno... más bien parecía ser más una celda que una habitación.

— hasta que despiertas. — me sobresalté. — lo siento. — volteé y vi a una mujer de cabello corto junto a mí, parecía estar leyendo un libro. — no era mi intención.

— lo sé... lo siento, ¿dónde estoy?

— caíste cerca del lago, frente a la prisión, el líder y su hijo te trajeron.

— creo que estaba tan cansada, que jamás noté la prisión. — comenté mientras me sentaba. — adivino, estás aquí para vigilar que no me convierta en un caminante, ¿verdad? — asintió.

— iré a avisarles, ¿sí? — asentí, se levantó y salió de la celda. Sólo me acosté de nuevo, aún sigo demasiado cansada, las piernas me duelen.

— hola... — levanté la mirada, era un hombre, supongo que es el líder, junto a la mujer que se quedó conmigo. Me volví a sentar. — ¿cómo te llamas?

— Dalton.

— mucho gusto, Dalton, soy Rick y ella es Maggie. — sonreí levemente, para no ser maleducada. — ¿cómo llegaste hasta acá?

— quise ahuyentar a los caminantes que rodeaban mi casa, pero me alejé demasiado que ya no supe el camino de regreso. — conté, tratando de no llorar. — necesito buscar a mi papá, necesito a mi papá. — me miraron con lástima.

— ¿de aquí sabes cómo llegar? — preguntó Maggie, negué.

— esta no es la prisión estatal de Virginia, ¿verdad?

— no...

— ¿dónde estamos?

— en Georgia. — las lágrimas cayeron. — caminaste demasiado, pero no estamos tan lejos de la frontera con Virginia.

— ya veo... — pasé mis manos por mi cara, frustrada.

— descuida, podemos ayudarte, pero primero necesito que contestes una preguntas, ¿de acuerdo? — asentí. — bien, ¿cuántos caminantes has matado?

— no lo sé, quizás menos de cincuenta.

— ¿cuántas personas has matado? — quiero responder, pero ese nudo en la garganta me lo impide. De nuevo, sólo me solté a llorar. Intenté controlarme para poder responder.

— lo siento... — susurré. — ¿cuenta si ella ya no estaba viva?

— no, no cuenta, ¿te pasó? — asentí. — ¿por qué lo hiciste? — preguntó Maggie con curiosidad.

— mi mamá tenía cáncer, murió hace unos días... o meses, se me ha pasado rápido los días que ya perdí la noción del tiempo... y pues no quería que papá o yo evitáramos que se convirtiera, pero murió cuando estaba conmigo... ella no quería ser un monstruo, así que... — conté con la voz quebrada. — le disparé, al menos quería cumplir uno de sus últimos deseos. — Maggie se sentó junto a mí y me abrazó.

— estoy segura de que ella está agradecida.

— eso espero, porque le fallé en cuidar a mi papá, no sé dónde está.

— ¿cómo se llama él?

— Negan.

— no será fácil de olvidar. — sonreí.

— sí, es un nombre muy raro. — suspiré. — supongo que por mientras, estaré aquí, ¿no? — asintieron. — ¿puedo ayudar en algo?

— por mientras, descansa, te traeré agua.

You are my angel [Carl Grimes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora