-Gracias por haber venido, Hunter - Mi madre le había abierto la puerta a su mejor amigo, que tristemente, había venido a buscarme para poder llevarme con ellos.
-Desde que murió su padre ha sido muy duro para ella y bueno... quizás irse al norte a estudiar le vendrá mejor... Ya sabes, dicen que la educación es más buena...- Mientras mi madre hablaba con él, yo estaba fuera de casa comprando bombones como un detalle para él y su esposa, Samantha Smith Mendoza, una famosa actriz.
Estaba muy nerviosa por irme, solo quería llorar, encerrarme en mi habitación y encadenarme a mi pesado armario para que no me pudiesen sacar de la casa. Amaba con locura a mi madre, no me quería separar de ella, pero como nos habíamos quedado sin dinero era necesario que ella saliese de Estados Unidos para poder trabajar con una familia millonaria en Toronto, Canadá.
En cambio, yo me iba a mudar con la familia de su mejor amigo, que se había ofrecido a acogerme.
-Te mandaré dinero para que la podáis cuidar.
-Vivi, no es necesario, créeme. Tu hija es igual de importante para mí, la cuidaré perfectamente.
Hunter y mamá estaban teniendo una conversación sobre mí de cómo me podía adaptar mejor a la vida en Seattle y cómo podría sentirme querida con ellos.
Mamá siempre me hablaba de Hunter, no lo conocía, pero era como si él fuese mi mejor amigo también. Era un científico químico exitoso, muy bien pagado. Ellos dos se habían conocido en la guardería, se habían criado juntos e incluso vivieron en la misma casa durante un tiempo.
Conocían también a Rachel y a Cristopher Van der Pol, viejos amigos con los que se criaron. Eran famosos actores pero, lastimosamente, ellos dos habían sido asesinados por un loco suicida que los tiroteo delante de su hija, Nicole Van der Pol, que sorprendentemente la familia Smith también la había acogido hace 4 años e iba a ser mi compañera de habitación.
Una vez comprados los bombones, me dirigí a casa y abrí la puerta. Un señor rubio con ojos verdes estaba sentado al lado de mi madre. Supuse que era Hunter, y solo me dediqué a sonreírle falsamente.
-Cielo, has vuelto- mi madre me sonrió, la notaba un tanto preocupada.
-Hola, Lily. Soy Hunter.
-Encantada. Gracias por acogerme- me dediqué a sonreírle falsamente otra vez, realmente tenía un cierto odio dentro de mí.
Había llegado la hora de despedirme de mi madre, mientras Hunter llevaba todas mis maletas al coche, yo miré a mi madre y la abracé mientras las pesadas lágrimas caían en mis mofletes.
-Prometeme que te portaras bien y harás que me sienta orgullosa - dijo mientras yo se lo prometía moviendo la cabeza de arriba a abajo.
-Prometeme que volveremos a vernos, mamá - le dije yo, apenas pudiendo pronunciar las palabras como es debido.
-Te quiero cielo, eres lo mejor que me ha pasado, no lo olvides, hablaremos todos los días - yo solo seguía llorando, estampada en su pecho, dejándole una gran mancha echa de mis lágrimas en la camisa.
Hunter ya había terminado de llevar las maletas al coche y esperó fuera de casa, dejándonos espacio. Mi madre se separó de mí y di por hecho que ya era la hora de marcharme. Me despedí y Hunter me abrió la puerta del coche, entré y seguí llorando. Hunter solo se quedó en silencio, esperando a que estuviese más estable y dejándome mi espacio.
Era un viaje de 7 horas y duré 2 horas llorando sin parar. Hunter había marchado de casa a las 5 de la mañana para poder venir a buscarme. Cuando finalmente terminé de llorar, me atreví a hablar con él.
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Cherished
Teen FictionCherished. Suena como a la palabra "cherry", verdad? Lily lo vincula con el color rojo y la perfecta mezcla entre el valor y el amor. El amor es lo que ella considera como el sentimiento más poderoso que hay, y de hecho, es lo que ella siente cada v...