Toda la semana transcurrió con miraditas incómodas y chismes. Para ser mi primera semana ya me sabía todo el instituto y cada chisme de cada estudiante gracias a Alisha, que se había molestado en explicarme cada detalle. Me sentía especial, ella no le cuenta a cualquiera lo que sabe, pero me dijo que confiaba en mí.
El mono de Aaron no volvió a molestarme, ni me miraba y eso era lo que más gracia me hacía. Quiero decir, Isaac Mendoza no le dijo nada más que se marchara, ¿tan peligroso era tener problemas con Isaac que ni se molestó en volver a cruzar miradas conmigo?
Era sábado y Alisha había planeado hacer una fiesta en su casa, en el tiempo que sus padres se habían ido de viaje a Corea. Era mi primera fiesta, no me gusta salir y quedarme hasta las tantas en lugares poco conocidos, especialmente si es en una ciudad que todavía no conozco como es debido.
De todas formas, Nicole me convenció en ir. Insistió en que necesito ver como cae Aidan cada que se toma un solo chupito. Yo la verdad no estaba emocionada por ver borracho a Aidan, ni siquiera le pega ser un borracho. Aidan es la cosa más tierna que hay, es atento y no le haría daño ni a una mosca, pero según Alisha, una vez se metió en una pelea con 16 personas porque no pudo controlarse.
Nicole y yo esa mañana habíamos ido de compras, ya que no tenía "ropa fiestera" según Nicole. Dice que ir a una fiesta es como desconectar de la realidad, y que si vas a desconectar, que desconectes con un outfit glorioso y glamuroso.
Eso de tener que comprarme ropa nueva no me entusiasma, pero me encanta el vestido nuevo que me compré. Es de un color rojo fuerte que combina perfecto con el pintalabios de maybelline que también me había comprado.
Nos estábamos preparando en la habitación. Eran las 17:00 y la fiesta iba a empezar a las 20:00. Estaba temblando, quizás soy un poco exagerada, pero estar cerca del alcohol me produce nerviosismo y mal estar.
Nicole se había comprado un vestido negro, precioso, que combinaba con cada detalle de ella. Era oscuro como su cabello, brillante como sus ojos negros y halagador como su personalidad. Le aplaudía cada que salía del baño después de hacer cada cosa como maquillarse, plancharse el pelo o retocarse cada esquina del vestido. Debo admitirlo, Nicole es una chica demasiado guapa.
Yo, en cambio, no sé maquillarme. Me puse el vestido, un poco de rímel en los ojos y pintalabios rojo.
-¿En serio vas a ir así de simple?- me dice Nicole, bastante sorprendida por mis inútiles habilidades en el maquillaje.
-No está tan mal, nunca he tenido maquillaje a mi alcance- Nicole soltó una risita y enseguida volvió al baño para retocarse la cara por centésima vez.
Yo salí de la habitación, no sabía qué haría más en las próximas 3 horas. No tenía más que hacer. Asher salió de su habitación y se quedó mirándome fijamente. Antes de que él saliera yo solo estaba bailando un poco, no muy fuerte, sino tranquila y tarareando una cancioncilla.
-Qué guapa, ¿no?- mientras seguía tarareando y bailando, él se unió a mí, los dos estábamos bailando y cantando en el pasillo, riendo por nuestras barbaridades y siendo adolescentes normales.
De la nada salió Aidan de su habitación y los dos nos quedamos quietos, mirándole fijamente de la misma forma en la que él nos miraba. Se echó a reír y se unió a nosotros. Pasamos la próxima hora haciendo tonterías, bailando y cantando canciones de Ariana Grande.
Luego de aquello volví feliz a la habitación, cada vez quedaba menos para irnos. Nicole se había cambiado el maquillaje dos veces durante el tiempo que estuve ahí.
Cuando por fin llegó la hora de marcharnos, Hunter se ofreció a llevarnos a todos. Éramos todos los adolescentes de la casa; Nicole, Connor, Aidan, Asher, Isaac y yo. Al llegar al lugar era una casa gigante, de 4 pisos para ser exactos, quizás cinco si contamos el sótano. Era una casa blanca y moderna.
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Cherished
Teen FictionCherished. Suena como a la palabra "cherry", verdad? Lily lo vincula con el color rojo y la perfecta mezcla entre el valor y el amor. El amor es lo que ella considera como el sentimiento más poderoso que hay, y de hecho, es lo que ella siente cada v...