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ALICE
— Ally, ten cuidado, no te vayas a caer.
La voz de Luke me advirtió sobre una raíz de un pino cercano, aunque sin escucharlo por supuesto, ya que segundos después me tropecé con este. El pelinegro soltó una carcajada para luego intentar ayudarme, estábamos en el bosque al parecer... Percy estaba a mi lado.
Solo puse los ojos en blanco, y seguí caminando... de la mano... ¿con Percy?
— Percy, estás algo callado... no haz dicho nada desde que salimos de la cabaña. — Luke miro a Percy, y nuestras manos entrelazadas.
— Solo pienso en el oráculo... que al final no podré salvar lo que más importa.
— Piensas en tu madre. Lo entiendo, créeme que lo hago. Pero, ¿las profecías? No tienen sentido.
— La misión terminó, y todo lo que ha dicho el oráculo se ha hecho realidad o tiene sentido. — Por primera vez hablé, ambos chicos me miraron. Percy continuó mi frase explicando a Luke lo que había dicho el oráculo y como se cumplió.
— "Y serás traicionado... " — El ambiente se volvió incomodo e inquietante... nunca me había sentido así cerca de Luke. — "por alguien que te llama amigo."
— ¿Tu que dices Alice? Annabeth te llamo hija prohibida. — Una sacudida otorgada por cierto hijo de Poseídon logró despertarme, algo exaltada.
— ¿Eh? Quiero decir... ¿de que hablan?
Annabeth soltó un suspiro, y luego Grover le explicó a Percy el porque él es hijo prohibido y porqué Zeus lo asesinaría si pisara un segundo el cielo, ¿quién carajos me había sentado al lado de Percy? Luego de mi sueño, era extraño estar cerca de él.
Gracias a los dioses, el autobús se detuvo y aproveché para poner una excusa y escaparme un rato lejos del hijo de Poseídon.
— Bueno, iré a comprar unos bocadillos con Annabeth. — Dije mientras me levantaba de mi asiento. Y antes de que pudiera irme, Percy me agarró la muñeca...
— Iré contigo... con vosotras.
Retire su mano de mi muñeca, aunque me la sostenía con delicadeza, y la escondí detrás de mi espalda para luego agarrar a Annabeth del brazo para salir de allí corriendo en cuanto se distrajera.
— No gracias, quédate aquí. — Sonreí falsamente, mientras Annabeth me examinaba de pies a cabeza...
