Dialogo

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HOLA QUIERO AVISAR QUE ESTARE SUBIENDO CAPS LOS FINES DE SEMANA Y QUE ESTE CAPÍTULO ES PARTE DE LA CONTINUACIÓN DE LOS HERMANOS BEAST PERO SOLO ESTA PARTE PUDE RECUPERAR YA QUE SE BORRÓ.

La cámara muestra el despacho del rey, donde hay un gran escritorio, una biblioteca, una chimenea y varios retratos de los antiguos monarcas. En el escritorio, está sentado BEN, el ex rey de Auradon y el actual embajador de la Isla de los Perdidos.  Frente a él, están de pie MELODY, DYLAN, EMMA y EVIE, sus hijos y su esposa. .

BEN: (con voz seria) Bueno, ya estamos todos aquí. Quiero que me digan qué pasó en la junta real. Melody, tú empieza.

MELODY: (con voz nerviosa) Papá, yo... yo solo quería ayudar a Dylan y Emma. Sabes que los quiero como a mis hermanos, y que no me importa que sean fruto de una infidelidad. Ellos no tienen la culpa de nada, y merecen tener sus títulos de príncipes.

BEN: (asintiendo) Lo sé, hija. Y te agradezco que hayas abogado por ellos. Pero también sabes que no es una decisión fácil. Hay muchos factores que influyen, como la opinión pública, la tradición, la ley...

EMMA: (interrumpiendo) ¡Oh, por favor! ¿Qué opinión pública? ¿La de los que nos odian por ser tus hijos¿La de los que nos juzgan por algo que hicieron nuestros padres? ¿La de los que nos ven como unos intrusos, unos usurpadores, unos bastardos?

BEN: (frunciendo el ceño) Emma, cálmate. No hables así. No todos piensan eso de ti. Hay mucha gente que te respeta, que te admira, que te quiere.

EMMA: (sarcástica) Sí, claro. Como tú, por ejemplo. Que siempre has preferido a Melody por ser tu hija legítima. Que siempre la has mimado, la has protegido, la has apoyado. Que siempre la has puesto por encima de nosotros.

BEN: (herido) Eso no es cierto, Emma. Yo te quiero a ti igual que a Melody. A ti, a Dylan, a Evan y a Benjamin. Son mis hijos, y los amo a todos por igual.

DYLAN: (interviniendo) Emma, no seas injusta. Papá nos ha dado todo lo que hemos querido. Nos ha dado una vida mejor, una educación, una familia. Nos ha dado una oportunidad de ser felices.

EMMA: (enojada) ¡Cállate, Dylan! Tú no sabes nada. Eres un conformista, un lamebotas, un traidor. Tú no entiendes lo que es ser un verdadero descendiente. Tú no tienes orgullo, ni carácter, ni personalidad. Tú solo sigues la corriente, sin cuestionar nada, sin rebelarte contra nada, sin luchar por nada.

DYLAN: (indignado) ¿Cómo te atreves a decirme eso? Yo soy tan descendiente como tú, como cualquiera. Yo también tengo orgullo, carácter y personalidad. Pero no soy un idiota, ni un egoísta, ni un resentido. Yo sé que hay cosas más importantes que el pasado, que el odio, que la venganza.

BEN: (intentando calmarlos) Chicos, por favor, no discutan. No es el momento ni el lugar. Estamos aquí para resolver este asunto, no para pelear entre nosotros.

EVIE: (interviniendo) Ben, déjalos. Ellos tienen que sacar lo que sienten. No podemos seguir ignorando el problema. Tenemos que enfrentarlo, de una vez por todas.

BEN: (mirándola) ¿Y qué propones, Evie? ¿Qué quieres que haga?

EVIE: (suplicante) Quiero que nos ayudes, Ben. Quiero que hables con el consejo, que les digas que Dylan y Emma son tus hijos, que tienen derecho a sus títulos, que son parte de la familia real.

BEN: (dudoso) Evie, yo... yo no sé si eso sea posible. Tú sabes que yo ya no soy el rey, que Melody es la que tiene la autoridad, que el consejo es el que tiene la última palabra.

EVIE: (frustrada) Ben, no me vengas con excusas. Tú sabes que tú sigues teniendo influencia, que tú sigues siendo respetado, que tú sigues siendo escuchado. Tú puedes hacer algo, si quieres. Si te importamos.

BEN: (incómodo) Evie, claro que me importan. Claro que quiero ayudarlos. Pero no es tan simple. Hay muchas cosas en juego. Hay muchas consecuencias. Hay muchos riesgos.

EVIE: (enojada) ¿Qué riesgos, Ben? ¿Qué consecuencias? ¿Acaso te da pena que vean que tienes cuatro hijos con dos mujeres diferentes?

BEN: (ofendido) ¡No digas eso, Evie! ¡No es cierto! ¡No me da miedo, ni vergüenza, ni pena! ¡Yo no me arrepiento de nada! ¡Yo asumo mis responsabilidades! ¡Yo acepto mis errores!

EVIE: (irónica) ¿Ah, sí? ¿Y cómo lo haces, Ben? ¿Cómo asumes tus responsabilidades? ¿Cómo aceptas tus errores? ¿Escondiéndolos? ¿Negándolos? ¿Olvidándolos?

BEN: (furioso) ¡Basta, Evie! ¡Basta de reproches! ¡Basta de culpas! ¡Basta de dramas! ¡Ya no aguanto más!

EVIE: (gritando) ¡Pues yo tampoco, Ben! ¡Yo tampoco aguanto más! ¡Estoy harta de esta situación! ¡Estoy harta de esta mentira! ¡Estoy harta de esta vida!

MELODY: (interrumpiendo) ¡Evie! ¡Papá! ¡Por favor, cálmense! ¡No se griten! ¡No se insulten! ¡No se hagan daño!

EMMA: (burlándose) ¡Oh, miren! ¡La reina Melody ha hablado! ¡La hija perfecta, la hermana ideal, la gobernante ejemplar! ¡La que lo tiene todo, la que lo sabe todo, la que lo puede todo!

MELODY: (herida) Emma, no seas cruel. No me hables así. No me odies tanto. Yo no te he hecho nada.

EMMA: (despectiva) ¿No me has hecho nada? ¿En serio? ¿Y qué me dices de quitarme el trono, el poder, el prestigio? ¿Qué me dices de robarme el amor, la atención, el cariño? ¿Qué me dices de ser la favorita, la consentida, la elegida?

MELODY: (sorprendida) ? ¿Qué favorita, qué consentida, qué elegida? Yo no te he quitado nada. Yo no te he robado nada. Yo no soy nada de eso.

EMMA: (incrédula) ¿No?

UNA NOCHE DE AVENTURA,UNA VIDA DE CONSECUENCIAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora