─ Jiseok siempre
estuvo solo.
﹙𝗵 𝗲 𝘆﹚; fechas y horarios no son importantes de no ser mencionados. edades alteradas. puede ser sensible para algunas personas.
historia completamente mia, no es necesario pedir permiso para copias / adaptacio...
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En los baños se lavaba la cara de manera agresiva, había pasado la mayor vergüenza enfrente del chico que le gustaba y todos se reían de él, se sentía fatal. Aquella señora que había conocido su primer día volvió a aparecer, preguntándole porque lloraba y dándole un gran abrazo para calmar su imparable llanto. Entre sollozos y suspiros le contó lo que había pasado: sus cordones estaban desatados, ese día estaba llegando tarde y no tuvo tiempo de terminar de vestirse apropiadamente, salió rápidamente de su casa y corrió hasta la escuela con las zapatillas casi colgadas de sus pies, esa madrugada había llovido y la entrada al colegio, el cual tenia pasto, estaba todo lleno de barro. Oyó el timbre de lejos e intentó entrar lo mas rápido que pudo, pisando sus cordones y cayendo en el barro, enfrente de sus compañeros, enfrente de Jungsu.
— Jiseok, estoy segura de que ese chico esta preocupado por ti, ¿me quieres acompañar a buscarlo?
Asintió. Le iba a pedir perdón a Jungsu por salpicarlo con barro esa mañana. Cuando llegó al salón, estaba Jungsu sentado en su banco de siempre, al lado del suyo. Era un aplicado, siempre llegaba antes a clases y repasaba sus clases anteriores para que no queden dudas, ¿y lo mejor? Lo saludaba cada que lo veía.
Se sentó sin mirarlo directamente, jugueteando con sus dedos mientras que en su cabeza formulaba las palabras.
— Lo... Siento, Jungsu.
Dijo en voz algo bajita, pero fue lo suficientemente alta como para que lo escuche, sonriendo con ternura al oírlo.
— No pasa nada, Ji.
Le acarició el cabello.
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