El sol de la mañana se colaba através de su ventana, recibiendo los cálidos rayos sobre su rostro, lo que provocó su despertar antes de tiempo.
Afuera los pajarillos cantaban, anunciando el agradable clima que había.
Su despertador aun no hacía su trabajo, sin embargo Yūji prefirió no quedarse en cama. Se puso de pie inmediatamente y camino hasta el baño de su habitación para tomar una ducha.
Eran vacaciones de verano, por lo que no tenía planeado asistir a clases.Pero, a su mente llegó una brillante idea.
Se puso algo de ropa cómoda apenas salió y bajo a la cocina con toda la prisa del mundo.
Sabía que Satoru aun estaba en la cama, pues no había ningún ruido dentro de su habitación.Lo que le daba la oportunidad perfecta para sorprenderlo.
No era el mejor cocinero del mundo, pero se defendía.
Recordando uno de los platillos que más le agradaba al peli blanco se puso manos a la obra.
Busco cada ingrediente y utensilio que usaría en el proceso.No era su cumpleaños, tampoco había una fecha importante en el calendario... lo hacía por simple gusto.
— Vaya... huele realmente delicioso.— mencionó con un tono alegre el albino, invadiendo la cocina.
Tenía el sueño ligero, así que apenas escucho ruido en la cocina decidio bajar a investigar, creyendo que se trataba nuevamente del gato.
El animal travieso con el que aun no lograba llevarse bien.
— Satoru-san... llegas justo a tiempo, el desayuno esta listo.— respondió con una sonrisa.— Por favor, toma asiento, en un momento te sirvo un poco.— ofreció, señalando el lugar vacío.
— ¿A qué debo tanta amabilidad? hoy era mi turno...— sonreía, obedeciendo al menor.
— No es nada, sólo quise aprovechar el tiempo ya que desperté temprano.— explicaba.
— Ya veo...— observó atento las acciones del peli rosa, quien se encargaba de acomodar los platos sobre la mesa.
— Aquí tienes, por favor disfruta...— esperaba haberlo hecho bien.
— Gracias...— mencionó, antes de dar el primer bocado.— Esto sabe muy bien, Yūji... debo admitir que has mejorado.— soltaba.
— ¿Lo creé?— se emocionó.
— Si...— reía.— aunque te falta mucho para alcanzar mi nivel.— le gustaba molestar.
— Eres tan malo conmigo...— fingió molestia.
— Vamos, toma asiento y acompañame...—pidió.
Y Yūji obedeció de igual forma.
Esa era la manera en la que sus días se desarrollaban.
Habían pasado cerca de diez años y su convivencia parecía buena. No era exactamente lo que Satoru tenía planeado hacer, pero no se arrepentía de nada, después de todo Yūji se encontraba bien.
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Días lluviosos [GoYuu] [UA]
FanfictionEn un día de tormenta, mientras Satoru se encontraba caminando por las calles de la cuidad se cruzó con aquel pequeño de singular cabellera rosada. Al verlo sólo con su gato bajo la lluvia, el peli blanco decidió acercarse para averiguar qué sucedí...