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Había pasado una semana desde que la pesadilla había comenzado. Fue realmente terrible para las hermanas el tener que adaptarse a su nueva vida. Lo fue cuando tuvieron que bañarse con agua fría, lo fue cuando su cena fue solamente un sándwich, lo fue cuando tuvieron que dormir en esas incómodas camas con resortes saltados, y lo fue cuando sus productos de belleza comenzaron a agotarse.

Justo ahora Jennie Kim se lamentaba por haberse quedado sin su preciado shampoo. Su pelo comenzaba a verse maltratado por la humedad del lugar y la falta de su producto capilar, y solo había pasado dos días sin usarlo. No tenía idea de dónde conseguir aquello, desde que llegaron ella y Jisoo ni siquiera asomaban la cabeza por la ventana.

Jisoo solamente se la pasaba encerrada en su habitación desde aquel día, ni siquiera había querido hablar con ella, solo bajaba para comer obligadamente y luego se volvía a encerrar en aquel cuarto. Jennie jamás pensó que a su hermana le pagaría tan fuerte el tema de ser pobres.

Jisoo no le había mencionado nada sobre la llamada con Haein a Jennie, sabía que Jennie correría enseguida a reclamarle a ese idiota y ellas no podían exponerse de esa manera, no ahora que seguramente todo el mundo se estaba burlando de ellas.

Mas tarde ese día, Jennie había salido de su casa en busca de su preciado Shampoo pues ya no soportaría un dia más sin el, sentía que si no lo usaba comenzaría a quedarse calva.

La coreana no tenía idea hacia donde ir, pero se arriesgaría, de todas maneras no creía que la tienda estuviera tan lejos de su casa, algo tendría que encontrar. Pero después de unos treinta minutos ya había recorrido más de cuatro tiendas y en ninguna de esas habia podido consegir su shampoo, eso la había llevado a alejarse más con la esperanza de hallarlo.

Jennie estaba dispuesta a hacer lo que sea por encontrarlo, pero justo ahora comenzaba a arrepentirse de haberse alejado tanto de su casa, el vecindario comenzaba a verse tenebroso y mas abandonado. Así que tomo la decisión de volver.

Demasiado tarde.

Se quedó paralizada al ver a un grupo de hombres no muy lejos de ella, estos al verla comenzaron a caminar a su dirección.

Ella trato de caminar aún más rápido, ignorando por completo que esos hombres habían comenzado a seguirla.

—¿A dónde tan solita mi Reyna?—La voz de uno de ellos hizo a Jennie cerrar los ojos por el escalofrío que recorrió su espalda.

Trato de seguir caminando, ni siquiera veía por dónde caminaba por el miedo, hasta que el paso se le cerró.

¿Cómo demonios había entrado a un callejón?  Ahora un enorme muro le tapaba el paso, acorralandola.

—El juego se acabó, bonita, ya me estaba cansando de jugar a las atrapadas.—El hombre sonreía—No te había visto por aquí, pero siempre es bienvenida la carne fresca.

Jennie se quedo paralizada al ver la apariencia de aquellos tres hombres, pero el que más le daba escalofríos era el que parecía ser el lider. Este solo portaba una camiseta sin mangas y pantalones grandes, su cuerpo completamente lleno de tatuajes, piercings por todos lados, y una sonrisa terrorífica. Jennie en ese momento supo que estaba perdida.

—¿Que pasa? ¿Te comió la lengua el ratón?—El hombre camino más cerca, haciendo a Jennie retroceder hasta estar pegada al muro—Bueno, me gustan calladas, ¿Sabes? Así no hacen tanto ruido y tampoco se resisten.—Jennie en ese instante sintió sus ojos aguarse. Solo queria estar en casa a salvo.

No sabía por que su cuerpo no reaccionaba, tenía al hombre a solo centímetros de su rostro, este ya había tomado su barbilla entre sus manos y empezaba a sentir como besaba una de sus mejillas. Jennie quería defenderse, enserio quería. Pero su cuerpo no reaccionaba.

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⏰ Última actualización: May 14 ⏰

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