Adicto a ti.

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Otra paja más al día no haría daño. O al menos, eso pensaba keigo. Un chico rubio de ojos color miel con pequeños triangulitos un poco más abajo de los lagrimales de sus ojos, un rubio... jodidamente sexy. No era suficiente con ser jodidamente sexy, era el popular de la academia, era el presidente del consejo estudiantil y claramente llamaba la atención por sus enormes y hermosas alas color carmesí tan precioso.

Keigo, a pesar de ser un chico súper inteligente, responsable, y que da la apariencia de un chico bueno, tranquilo y decente, puede llegar a ser toda una perra sin compromiso.

Si nadie lo veía, no tenía vergüenza alguna. Uno de sus más grandes problemas era: su deseo sexual.

Difícil de saciar a pasar de tener tan solo diecisiete años, a su corta edad suele tener constantes erecciones y muchos sueños húmedos, porque sorpresa, es un rubio bisexual.

Era un día como cualquier otro, nada fuera de lo común. Keigo estaba copiando algo en la pizarra mientras miraba a su profesor, joder...que lindo era. Keigo en sus pensamientos sucios y cochinos, con la apariencia de literalmente un ángel, solo pensaba en lo increíble que ser follado por el. Pero cuando se despistó, ahí estaba el bulto entre sus piernas, se avergonzaba cada vez más y no tenia un suéter para ponerlo en sus caderas, a su lado había un chico, el cual....solía ser callado. No hablaba nada. Era serio, no le importaba realmente si reprobaba o no, pero una cosa era cierta, esos ojos azules penetrantes y cautivadores eran...preciosos.

El chico tenia un bonito aspecto? La mente de keigo al parecer lo veía con otros ojos. A pesar de que el chico tuviste una gran cantidad de cicatrices en su rostro que pintaban hacia morado y un cabello blancusco espumoso y algo largo realmente lindo, sus ojos hipnotizantes y fríos que solo demostraban crueldad... joder- keigo lo había visto antes, pero nunca había hablado con el, es realmente callado. Este chico, se llama Touya. El cual estaba mirando algo en su teléfono, cuando sintió que keigo lo estaba mirando demasiado. Giró su cabeza con una mirada seria y con una voz grave y sería preguntó.

—Qué mierda quieres? Tienes las mejillas rojizas y parece hace un rato que te estabas sabroseando al profesor. Esa erección lo demuestra.— dijo en voz baja y grave mirando a keigo con frialdad. Eso solo hizo que las mejillas de keigo se tornaran más rojizas todavía y se estremeció mirando a un lado.

—quiero....pedirte un favor..-—

—¿Quieres follar? No parece mala idea.—

—¡E-eso no idiota!!— keigo alzó la voz. Haciendo que el profesor lo mirase confuso y los alumnos los vieran. Keigo se escondió con sus alas y Touya rió. El profesor ignoro esto y siguió con su clase.

—¿Entonces que quieres, halcón?— murmuró touya en su oído, provocando que Keigo se enrojeciera y suspirase pesado por la presión entre sus piernas, claramente su miembro estaba totalmente erecto y tenso, normalmente reacciona así.

—t-tu sudadera... discúlpame..— dijo apenado, Touya rodó los ojos y se quitó la chaqueta, para hacer la situación un poco más atrevida el mismo se la puso en las caderas al rubio, para luego acariciar su cintura de forma intencional. Las mejillas de keigo parecían tomates de lo nervioso que estaba.

—puedes quedártela si quieres, lindo..— lamió su cuello, acto claramente perverso, keigo lo golpeó en la pierna y justamente sonó la campana de receso. Ambos se levantaron y keigo fue directo al baño. Con la sudadera de aquel chico en las caderas para disimular su erección. Al llegar al baño....solo recordaba los movimientos del pelinegro. Aquel chico lo habría hipnotizado? Nah...solo se dejaba tentar muy fácil. Keigo se encerró en un cubículo con la chaqueta de este chico y se la quito, bajó el cierre de su pantalón y comenzó a oler la prenda como un degenerado, el olor de este chico era tan.....joder....realmente excitante.

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