Jungkook encuentra un método para tener su propio padrino mágico y su curiosidad le incita probarlo.
¿Qué podría salir mal?
「❀」Fanfic Taekook, posible mención de otras parejas.
「❀」Capítulos cortos
*Publicada el 21 de junio, resubida el 7 de septiemb...
El resto del día transcurrió con normalidad, tomando apuntes de próximas tareas y planeando proyectos con su compañero. Fue un día tolerable, se sintió que pasó rápido o bueno, eso es lo que se puede decir cuando te duermes entre clases o en ellas.
Ya a la salida Yoongi se encargó de acompañar a Jungkook hasta la parada del bus como era costumbre, de paso iban charlando de cosas poco importantes.
— Hoy no trabajo, ¿Quieres venir a mi departamento a verme sufrir con la tarea? —Ofrece amablemente Jungkook.
— Qué dices tontín, ¡Es un milagro que tengas una cita con el carácter que tienes!
Yoongi voltea con su característica cara de pocos amigos y le mira seriamente, Jungkook sonríe por los nervios y solo continúa caminando.
— Sí bueno eh, cuéntame cómo te va luego.
— Ujum... Cuando llegue a mi casa ayúdame a elegir que ponerme.
— Claro, apurémonos entonces.
Yoongi asiente y ambos se separan al llegar a la parada del bus, donde cada uno se despide y van por su camino.
[✿]
— ¡Ya llegué! —Grita para llamar la atención de Jimin.
— Oh, creí que no volverías, es tarde. —Dice saliendo de su cuarto, algo aturdido por el grito de su compañero—. Yo justo me iba, ¡Tengo una cita!
Una cita.
Un escalofrío recorrió su cuerpo al recordar los pensamientos que tuvo por la mañana, no quería que Jimin le echase de casa por traer a su pareja, no quería quedarse solo. También pensó en Yoongi, quién le dijo que tendría una cita, lo cual era una coincidencia extraña, pero supuso que solo era eso, una coincidencia.
— Oh... Bien, no te molesto entonces. —Pasa directo a su habitación y cierra la puerta tras de sí, algo triste.
— Jungkookie, ¿Estás enojado? —Pregunta desde el otro lado de la puerta—. Se que dije que hoy cenaríamos juntos, puedo no ir si así lo quieres, pero no te molestes conmigo.
Jeon abre la puerta, le mira a los ojos y tratando de no llorar le dedica una sonrisa.
— No, no lo hagas. —Pone una mano sobre el hombro de su mayor—. No estoy molesto, solo... No importa, ve a esa cita ¿Sí? Ten cuidado y avísame cuando llegues.
— ¿Estarás bien? —Jungkook asiente. Jimin suelta un suspiro, aliviado, no le tenía mucha fe al dejarlo solo—. Bien... ¡Luego te cuento que tal!
— Ten cuidado tú también, llámame si necesitas huir de esa horrible cita. —Le da los últimos detalles acomodándole la ropa y su cabello—. Sabes que estaré hasta tarde despierto, no dudes.
— Claro. —Sonríe—. ¡Compórtate y no arruines la casa!
Una vez que Jimin se va, Jungkook se encierra en su cuarto y se dirige a su escritorio para trabajar en sus tareas, no sin antes tomar sus audífonos para poner aquel "audio" de fondo.
[✿]
Tres y media de la madrugada y Jeon seguía despierto, luchando con su autorretrato al estilo de Van Gogh. Ganas no le faltaban de arrojar todo a la basura, estaba saturado, no quería seguir intoxicándose el olor de los materiales que utilizaba ni ver aquella obra llena de, según él, defectos.
También estaba aburrido y Yoongi no le contestaba, luego de haberle ayudado con su vestimenta apagó su celular, supuso que para que nadie le molestase en su cita.
Y eso le molestaba un poco.
Se quitó los audífonos y estirándose se levanta de su silla para abrir la ventana de su cuarto y así ventilar un poco el ambiente, cosa que debería de haber hecho mucho antes. Aprovechó también para salir de su habitación en busca de algo que comer, pero para su desgracia la nevera que estaba casi vacía.
— Park Jimin, ¿Por qué me odias? Tengo tantas ganas de algo dulce... —Lloriquea mientras sigue buscando con la esperanza de encontrar algo.
Revisó la nevera, los estantes e incluso la habitación de su compañero en su desesperada búsqueda de algún dulce, pero nada que satisficiese su antojo aparecía y se negaba a salir a comprar algo a esas horas, más sabiendo que ninguna tienda estaría abierta.
Frustrado vuelve a encerrarse en su cuarto para retorcerse en su cama, exagerando por completo su situación. Pasado un par de minutos, termina con su berrinche y se levanta para seguir trabajando como si nada.
— ¿Huh? ¿Cuándo...? —Impresionado se acerca a su escritorio, donde yacía en él una barra de chocolate completamente intacta—. ¿Será que alguien entró por la ventana...? —Se asoma a ésta dándose cuenta de lo estúpida que era su suposición, estaba demasiado alto como para que alguien pudiera meterse.
No le dio muchas vueltas al asunto y le agradeció a la nada misma antes de continuar con su proyecto, supuso que lo dejó ahí sin darse cuenta.
Quizá algo más le había cumplido el capricho.
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