3.

50 9 0
                                    

Dejun trabajaba en una cafetería cuatro veces a la semana para poder suplir sus gastos más urgentes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dejun trabajaba en una cafetería cuatro veces a la semana para poder suplir sus gastos más urgentes.

Sus padres, por supuesto, le ayudaban a mantenerse al pagarle el departamento que alquilaba, pero en cuanto a sus gastos personales y los de Jisung, Dejun prefería hacerse cargo él. Tenía mucha suerte de que los padres de Hyuck fueran dueños de una pequeña cadena de cafeterías, porque no dudaron en darle trabajo cuando lo pidió, sabiendo lo difícil que sería para Dejun al quedar preñado.

El omega les estaba eternamente agradecidos por eso, a Hyuck en especial, porque fue un gran apoyo cuando se enteró de su embarazo. En especial en los momentos en que quería hacer nidos, porque Donghyuck, sin dudarlo, lo ayudaba y abrazaba para que se relajara con su aroma alfa.

Además, tenía permiso para llevar a Jisung cuando quisiera: tenía una silla para bebés, al lado de la caja, en una posición estratégica para que no perdiera de vista a Dejun en algún momento. Por otro lado, si se ponía a llorar, su mamá podía recogerlo con facilidad, llevándolo al pequeño cuarto que tenían para cambiarse de ropa y comer algo rápido. Dejun solía llevar a su bebé cuando debía cumplir turnos pequeños durante la semana, pues no quería dejarlo con una niñera por dos motivos. El primero, porque sería pagarle mucho más a Chisa por sus servicios, y el segundo, porque no quería pasar mucho tiempo lejos de Jisung. Los fines de semana lo dejaba con la chica, pues al no tener clases, estaba la mitad del día con él.

Le pellizcó la mejilla a Jisung, viendo como sonreía con el chupete en su boca, agarrando uno de los lápices de madera y rayando la hoja de papel.

―Hoy ha estado algo lento ―comentó Hyuck, que ese día se hacía cargo de la caja y de cuidar al bebé―. ¡Jisungie, deja de botar los lápices!

Jisung soltó un ruidito de felicidad, empujando otros dos lápices fuera de la mesita que tenía frente a él. A Donghyuck le salió un tic en el ojo y Dejun se rió, sacudiendo su cabeza para atender una nueva mesa.

Su turno estaba acabando, así que no quedaba demasiada gente. Deberían cerrar en media hora, por lo que Hyuck ya estaba sacando las cuentas de la caja, Yeji se hallaba lavando los platos en la cocina, y Jisu limpiaba las mesas ya vacías, volcando las sillas sobre ellas.

―¡Escúchame, demonio! ―oyó gritar a Donghyuck, anotando el pedido de la pareja recién llegada―. ¡Si sigues comportándote así, te pondré sobre mis rodillas y te azotaré ese suave culo de bebé que tienes, Satanás!

―¡Bababa! ―gritó Jisung, riéndose al empujar el peluche de pollito que llevaba para todas partes.

―¡Jisung! ―Hyuck lo recogió, entregándoselo―. ¡No te atrevas, pequeño Belcebú!

―¡Jijiji!

Jisung lo volvió a botar.

Dejun rodó los ojos, sin preocuparse demasiado, porque Hyuck y Jisung solían comportarse así cada vez que estaban juntos. Jisungie parecía saber con quién portarse mal, y siempre que estaba con Donghyuck, tenía comportamientos malcriados, aunque su amigo no solía quedarse atrás, portándose como si tuviera cinco años. Con Yangyang era un bebé juguetón que recibía mimos, siendo amoroso y un poco travieso. Con Chisa era un niño bueno, educado y poco exigente.

Way Back Home || KunXiaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora