El mayor cliché de todos los clichés

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Eran cerca de las 12 de la noche y me encontraba en una fiesta de la universidad, y aunque no conocía a nadie, ya no era ajena a la situación, pues desde que comencé a salir con Joe, las fiestas con desconocidos eran cada vez más frecuentes y menos aburridas, pues siempre había alguna estupidez que hacer o ver. Y por supuesto, ser la "chica" del quarterback del equipo de americano de la universidad hacía que todos quisieran complacerte en lo que fuera, ya que buscaban popularidad, lo que con frecuencia me hacía preguntarme cómo fue que terminé allí, si yo jamás quise algo como esto, nunca anhelé la fama ni las borracheras, pero últimamente era mi rutina autodestructiva para no pensar en los ratos malos y me aterraba que en algún momento no pudiera parar.

- Cill, te me habías perdido, linda. - Dijo Joe en mi oído mientras me abrazaba por la cintura y yo me aferraba a mi vaso de plástico. Estaba algo ebria, así que lo único que pude hacer fue sonreír bobamente y reír.

- ¿Sí, vaquero? - Le dije para molestarlo un poco, pues detestaba que le dijera así, pero era parte del juego: provocarnos con ese tipo de cosas, lanzar una amenaza falsa y luego coger duro, y aunque al final me sentía más vacía que al principio, el sexo con Joe era espléndido.

- Oh, no, aún no, todavía tenemos cosas qué hacer. - Me giró por la cintura para besarme sin pena enfrente de todos. Me reí intrigada, ¿qué se traía entre manos esta vez?

- ¿De qué hablas? - Pregunté risueña, pero temiendo alguna bromita idiota hacia algún pobre de la escuela que sufriría las consecuencias de los populares. Eso era algo que yo jamás toleraba y sin duda peleaba sobre eso con Joe. Claro que no le importaba mucho mi opinión.

De pronto todo mundo empezó a cuchichear sobre un grupo de chicos que se habían integrado a la fiesta, yo no veía nada, pero moría de curiosidad. Joe jaló de mi mano para llevarme donde los nuevos estaban. Me quedé paralizada en cuanto vi a los chicos. Nunca los había visto en la facultad, pero uno de ellos llamaba en extremo mi atención: alto, castaño, demasiado serio para mi gusto y con muchos tatuajes, se veía como el típico chico rudo vistiendo únicamente negro portando una chaqueta de cuero encima. Algo se encendió en mí en ese instante, pero intenté negarlo.

Todo en él me hacía pensar lo diferente que era de mi novio, tanto físicamente, como en personalidad. Joe era el mayor cliché de todos los clichés de cualquier universidad estadounidense: el guapo y fornido rubio, quarterback del equipo de americano, una estrella con un gran futuro en la NFL si se lo proponía. Y claro que lo mujeriego iba incluido en el paquete, aunque por ahora, la chica de turno era yo, y era algo sorprendente el hecho de que no me haya engañado hasta el momento, o tal vez él se había vuelto más discreto, pero ¿realmente me importaba?

- Miren a quiénes tenemos por aquí. - Soltó burlón Ja'Marr, uno de los mejores amigos de Joe y el wide receiver del equipo de americano. Ja'Marr no era mala persona, pero su facilidad para enojarse es temible y es demasiado bromista en el mal sentido.

- ¿Puedes presentarnos, Ja'Marr? - Dijo Ted, el centro del equipo. Y por si se lo preguntan: sí, siempre que salíamos de fiesta todo el equipo de los Tigers iba con nosotros, pues todos los muchachos eran súper unidos, eran como hermanos, y se considerada traición no ir a una de sus legendarias fiestas y como Joe era la estrella del momento, se hacía todo lo que él quería.

- Ellos, son los nuevos. - Le respondió Ja'Marr a Ted, yo no entendía de qué iba, pero suponía que serían la burla del lugar por su estilo. - ¿No son interesantes? - Señaló a los chicos. El más alto rodó los ojos e ignoró el comentario para ir a la barra y llenar un vaso de plástico con cerveza del barril.

Todos alrededor se sorprendieron un poco de la reacción del castaño, quien fue seguido por un pelinegro de ojos miel muy lindos. Joe intentaba hacerme reír de la situación, pero mi cara sólo se puso seria y Joe sabía lo que seguía de eso si no se disculpaba con los nuevos, aunque no lo haría porque media fraternidad nos observaba, y no iba a "acobardarse" de su estupidez frente a ellos. Ja'Marr estaba tan ebrio que olvidó lo que hacía, así que invitó a que continuáramos bebiendo y la gente se dispersó un tanto decepcionada del fallido show.

Bad DecisionsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora