SEIS

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Harry se despierta en un hospital. Parpadea un par de veces, intentando reconocer el lugar, pero su cerebro funciona más despacio de lo habitual. Lo único que puede hacer es comenzar a toser con fuerza, llevándose la mano al pecho, que le abrasa como si siguiera en el incendio.

El incendio. Liam, Zayn. El suelo desapareciendo bajo sus pies. Louis. La ambulancia. Louis.

—Eh, despacio, colega —dice una voz, y alguien pone un vaso de agua frente a él.

Es Louis, ofreciéndole una sonrisa tímida. Harry acepta el vaso y bebe, aunque su garganta se siente áspera, como si llevara años sin tragar nada.

—No vuelvas a darme un susto así —dice Louis—. Se suponía que íbamos a compartir casa, no que iba a quedarme yo con ella.

—Lo siento —responde Harry, y su voz suena ronca—. No pude salir y…

—Quería volver a por ti —confiesa Louis, y parece mucho más joven en aquel momento, bajo las luces blancas del hospital—. Quería volver, pero no me dejaron entrar. Y ahora mírate… Tenía que haber entrado, tenía que haberte sacado de allí…

Harry pone una mano sobre la de Louis, acallándolo.

—Gracias, Louis.

—¿Gracias por qué? No he hecho nada.

Harry tose un par de veces antes de responder.

—Por estar aquí.

Louis le sonríe y le da un pequeño apretón a su mano. Harry se permite relajarse en ese momento. Odia los hospitales, odia estar tumbado en una cama sin poder hacer nada mientras su cuerpo sana, odia tener que depender de los médicos y las enfermeras. Sin embargo, con Louis a su lado, Harry no tiene miedo. Se conocen desde hace dos días, pero el hecho de que Louis esté allí, sosteniendo su mano una vez más, resulta reconfortante.

—El médico me ha dicho que tendrás que quedarte una o dos noches aquí. Por lo visto tus quemaduras son graves —explica Louis, ajeno a los pensamientos de Harry.

Harry parpadea y luego niega con la cabeza.

—No pienso estar aquí dos días, Louis.

—Harry…

—Estoy bien, ¿vale? Son solo unas pocas heridas y…

Harry intenta incorporarse para probar su punto, pero un dolor agudo le atraviesa el pecho y le hace caer de nuevo en la cama.

—Y tres costillas rotas y una ligera conmoción —añade Louis con severidad—. Ah, y las quemaduras son de segundo grado.

Harry hace una mueca.

—Eso va a dejar cicatriz.

—¿Y eso qué más da? Lo importante es que van a curarse —responde Louis.

—No me gustan las cicatrices.

La mirada de Louis se dirige a su cuello, y Harry se siente desnudo bajo sus ojos. Con la bata de hospital, su cicatriz queda perfectamente visible, una línea blanca y fina marcada en la parte baja de su cuello. Harry desea poder hacerla desaparecer, porque es el recordatorio constante de que jamás podrá volver a ser quién era. Simboliza el final de su vida tal y como la conocía, y el inicio del huracán en el que ahora se halla sin remedio.

—Son marcas de supervivencia, Harry —dice Louis con suavidad—. Significan que estás vivo.

Harry espera a la pregunta que seguramente siga a esa frase, preparando una respuesta breve y evasiva sobre lo que le ocurrió a sus padres. No obstante, Louis tan solo le sonríe una vez más y aparta su mano de la de Harry.

first blow hits you cold - L.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora