DIECIOCHO

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Harry se obliga a seguir corriendo. El ladrón acelera aún más mientras aparta a todo el que se encuentra en su camino, y aunque Harry normalmente lograría alcanzarlo sin problema, en aquel momento apenas logra poner un pie delante del otro.

Quizá es porque apenas ha comido desde que salió del hospital, o quizá es porque solo ha conseguido dormir tres horas en los últimos días. En cualquier caso, el ladrón acelera al torcer una esquina y Harry lo pierde de vista.

Harry se detiene y se apoya en una pared para recobrar el aliento. Ya ni siquiera sirve para perseguir a criminales comunes. ¿Es en eso en lo que se ha convertido el Príncipe ahora? ¿En una leyenda antigua que ha perdido todo su esplendor?

—¿Estás bien? —pregunta una voz, y Harry alza la cabeza para ver a una chica mirándolo con preocupación.

—No te preocupes. Yo siempre estoy bien —responde Harry, obligándose a sonreír.

—Pues no lo parece —dice la chica con un tono tranquilo.

Harry suelta un suspiro, y no tiene la energía suficiente para sentirse irritado.

—Ha sido una noche larga.

—¿Solo una noche? Diría que ha sido una semana larga, o un mes largo. Necesitas unas vacaciones.

Harry hace un gesto teatral señalando su traje del Príncipe.

—¿Tú crees que los superhéroes tienen vacaciones?

—Quizá deberían tenerlas.

—No puedo descansar —dice Harry, y su voz suena agotada—. Hay gente que me necesita, gente que cuenta conmigo.

—No le serás de ayuda a nadie si estás muerto.

—Agradezco tu preocupación, de verdad, pero sé cuidarme solo. Llevo años haciéndolo.

La chica lo mira con una ceja alzada y una expresión que denota que no se cree ni una sola palabra.

—Vale, pero que sepas que no pasa nada por aceptar la ayuda que se te ofrece de vez en cuando.

Harry piensa en Louis, en la manera en que el chico lo reconfortaba y le hacía sentir a salvo. Y luego el fantasma de un dolor abrasador se extiende por su pecho y Harry aprieta la mandíbula para no soltar un sollozo.

—Lo sé —responde, y odia la manera en que su voz tiembla.

La mirada de la chica se suaviza, y sonríe levemente a Harry.

—Es solo que… Tú salvaste a mi hermana, semanas atrás. Regresó a casa, temblorosa y asustada, pero viva. Dijo que el Príncipe la había ayudado.

—Y luego murió precisamente por eso —responde Harry con voz monótona.

—Habría muerto de todas formas si tú no la hubieras ayudado. Así que gracias por permitirme tener unos días más con ella antes de que…

Harry traga saliva. Louis ha matado a la hermana de aquella chica. Su Louis es el culpable de que ella esté frente a Harry al borde de las lágrimas, dándole las gracias por haber hecho que asesinaran a su hermana. ¿Cuántas personas más en la ciudad lloran la muerte de un ser querido por culpa de Louis?

—No me des las gracias por eso —pide, casi suplica Harry.

—Entonces acepta mi consejo —dice la chica con severidad—. Ni siquiera los superhéroes pueden seguir adelante día tras día sin tomarse un descanso.

Harry asiente, y luego se despide de la chica y trepa a la azotea más cercana. Una vez allí, se sienta en el borde con los pies hacia fuera y observa la ciudad. Tampoco duerme aquella noche.

first blow hits you cold - L.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora