Inocentemente Psicópata

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-Despierta.-, cayó encima de su cuerpo agua helada, del susto gritó, sintió cada una de sus heridas arder y luego lo miró.

-Ya es hora de que despiertes, carajo, duermes demasiado. -, la voz hizo que su cuerpo tiemble, sólo podía escucharlo.

El sentido de la audición era lo único que podía usar.

No lo podía ver, tampoco podía hablar.

Pero sabía a la perfección que habían tres hombres.

Pero el tercero, era diferente, era distinto.

-Él... necesita ropa.

-Oh, Taehyung, cierra la puta boca, él necesita morir.

-¡No...!, n-no, él... no.

-El idiota está enamorado, déjalo. -, el chico encadenado bajó la cabeza, siendo levantado por un agarre en su cabello.

-¿Es de en serio que no te acuerdas de nosotros?, oh, vamos, Hoseok. -, no sabía quiénes eran, nunca hubo una información del por qué estaba ahí, al menos, jamás entendió.

Sabía que eran tres, las voces eran diferentes, el tacto.

No podía hablar, esto se debía a que la boca lo tenía con mordaza.

-Bien, te sacaré esto. -, le sacó las vendas de los ojos y entonces se quedó viéndolo en shock, su corazón latió con tanta rapidez que sintió sus pulsos en su cabeza.

Comenzó a llorar, aquellos tipos eran los mismos que una vez le pidieron para salir a comer helado.

Rechazó, rechazó por que ni siquiera los conocían, estudiaban en el mismo lugar pero no los conocía, sabía que ellos eran los destacados del lugar debido a la belleza que tenían, pero jamás se interesó en ellos.

-Sí, te dijimos para comer un helado y tú... lo rechazaste, ¿te acuerdas, lindo? -, sintió un toque atrás, inmediatamente giró para ver que era el otro chico, le sacó la mordaza y luego jugó bruscamente por sus cabellos.

-Me gustaría volver a escucharte, nos gustó tanto tu voz.

-Déjenme ir...

-Sí... claro. -, sacó las llaves de su bolsillo soltando las esposas y tobilleras, abrió la puerta y luego se alejó de ésta.

-N-no, Jungkook, ¿qué haces?

-Dejarlo ir.

-N-no, ¡no!

-Yoongi, agarra a éste imbécil.

-Vamos, Taehyung, él quiere ir, ¿dónde está lo malo?

-No, no hay que dejarlo ir, ¡no hay que dejarlo! -, el muchacho gateó lentamente hasta la puerta, de ahí vió unas largas escaleras.

Rápidamente subió lo más rápido que pudo, pero sintió algo que lo hizo gritar tan fuerte que quedó mudo por unos segundos.

-Oh, no, no, sería demasiado fácil dejarte vivo. -, miró su pierna, ahí notó un gancho que atravesó su pierna y fue jalado.

Volvió a gritar cuando todo su cuerpo golpeó cada uno de los escalones y finalmente cayó en medio de ellos, su nariz sangrando, sus labios partidos, su pierna sangrando tanto que minutos se llenó de sangre.

-Le duele... ¡le duele, Jungkook, le duele! -, el nombrado giró los ojos y luego soltó un suspiro para después golpear a Taehyung y hacerlo callar.

-Bienvenido a tu nuevo hogar, cariño.