Cuando todo era perfecto

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Hace 10 años, antes de toda la persecución, en una prestigiosa escuela se encontraba una joven chica de 16 años, ese día se entregaban los resultados de su rendimiento académico cosa que se hacia cada mes, en aquel salón se escuchaban a varios alumnos nerviosos, unos más preocupados que otros, pero en uno de los primeros asientos, justo al frente del pizarrón estaba la joven señorita, sola, en silencio mirando al pizarrón pensando en todo lo que debía de hacer después de clases, algunos a su alrededor al verla tan despreocupada empezaron a susurrar 

-Claro, como ella siempre es tan "perfecta", no se debe de preocupar- Perfecta, esa palabra resonó por su mente, ojala sea verdad, si fuera perfecta no tendría que esforzarse tanto, no como su hermana Janee, ella si es perfecta.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por la llegada de la profesora.

-Muy bien, saben que hoy es día de resultados de su rendimiento pero eso será hasta el final del día- Tomó un plumón y empezó a escribir en el pizarrón -hoy veremos un tema nuevo... -

A partir de ese momento el tiempo empezó a pasar muy rápido, clase tras  clase, un momento para un receso y otra vez volver a la clase, cuando se dio cuenta ya era hora de irse, antes de salir cada alumno pasaba al escritorio de la profesora y recibía sus resultados, cuando fue su turno la maestra con una gran sonrisa le entregó sus resultados.

-Felicidades señorita Wold, sacó un 100, es la calificación más alta del grado - extendió una hoja donde venían muchas notas positivas y en dorado un 100 en reconocimiento a la excelencia de su rendimiento.

Con con una leve sonrisa sostuvo el papel, agradeció a su maestra y salió no sin antes despedirse.
Una vez en el pasillo miraba sus resultados.

-espero que con esto estén satisfechos- susurró para si misma.

Sin darse cuenta una mano apareció detrás de su hombro tomándola por sorpresa, al voltear vio a su amigo Kian.

-Hola Sofía, veo que ya tienes tus resultados, ¿Cómo te fue?- saludándola energéticamente.

-ah si, mira- Respondió con orgullo dándole su hoja.

Al ver la puntuación perfecta Kian le dio un gran abrazo sorprendiéndola aun más que antes.

-¡Buen trabajo Sofía!- la felicitó - Eres increíble-

-S-si, si, ya suéltame por favor- le pidió nerviosa incluso sonrojando se un poco, dándole unas palmadas en el brazo en señal qué la dejara ir.

-¡Ah!, si, esta bien- Kian sonrojando se un poco también la soltó rápidamente.

-Ehhh... Bueno, mejor me voy antes de llegar tarde a mi clase de patinaje y me atrase para lo demás- dijo Sofía nerviosamente mientras se acomodaba el cabello.

-Si si si, esta bien, nos vemos mañana Sofia- y mientras Sofía empezaba a alejarse simplemente se despidió de ella con un gesto con la mano.

Tras otro rutinario día, y con la luz de la luna Sofía volvió a su casa, al entrar todo estaba oscuro, encendió las luces pero solo le confirmaron que seno había nadie más que ella, solo suspiró, se dirigió a la mesa del comedor y dejó ahí sus resultados para luego subir directamente a su cuarto, dejó todas sus cosas en el piso que incluían su mochila y su maleta donde guardaba su equipo de patinaje, se sentó en su escritorio y comenzó a hacer su tarea.

Todo esto mientras en alguna parte de la ciudad había una reunión muy peculiar llevándose a cabo.

-Gracias hermanos y hermanas por venir- Una voz grabe retumbaba en el lugar proveniente de alguien quien llevaba una singular máscara y un traje muy elegante decorado con muchos broches dorados.

-Quisiera darle la bienvenida a un nuevo miembro- un misteriosa silueta encapuchada da un paso al frente, el presentador se acerca a ella y le coloca un broche dorado -Bienvenida al grupo- voltea a una mesa a su lado donde toma una copa y se la ofrece a la encapuchada.

-Me complace decir que ahora es una de nosotros miss Wold-

Bloody SofiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora