¿Qué tiene de malo ser la debilidad de un Alfa?

Capítulo 21 Ruido y dientes caninos

Yu Yun no tenía tiempo para pensar si esto era una sorpresa o un ataque.

Hubo un fuerte zumbido desde las profundidades de su cerebro, y ya no podía controlar toda su conciencia. En un instante, se cayó de la mano y cayó al abismo del miedo.

El líquido azul oscuro en flor y los fragmentos de vidrio dispersos en el suelo hicieron que el pasillo se viera desordenado, reflejando el ruido en la distancia.

No pudo evitar recordar la primera vez de ese año.
El aula vacía y la desesperación de luchar pero no dominar la autoconciencia. La puesta de sol se prolongó a través de las grietas, como una hoja afilada, que de repente cortó una brecha en la calma y la racionalidad que había mantenido.

Extrañas emociones y deseos fluyeron a través de la brecha.

Como en este momento.
Su celo está llegando.

El único pensamiento racional que quedaba de Yu Yun le hizo juzgar este terrible hecho para él por la contracción violenta de las glándulas, el calor entre respiraciones y el olor frío de la punta de su nariz.

En este restaurante, su celo estaba llegando. Además, no tenía inhibidores.

Yu Yun tembló y sacó de su bolsillo las píldoras inhibidoras de acción corta. Sin agua, se las tragó directamente y con fuerza. El volumen de la píldora no era pequeño, y se deslizó por su garganta, lo que lo hizo casi vomitar.

Pero se resistió abruptamente.

Se tragó tres píldoras inhibitorias seguidas, pero nunca tuvo ningún efecto de alivio en el cuerpo que se quemaba gradualmente.

Sus manos y pies estaban débiles, y perdió el control poco a poco. Yu Yun intentó cortar la cuarta píldora, pero su mano tembló demasiado. Antes de que se cortara la medicina, se cayó al suelo con todo el plato de pastillas.

'No...'

'Tengo recogerlo...'

Yu Yun hizo todo lo posible para decírselo a sí mismo.

Ahora es lo único que está en manos de Yu Yun que puede contener esta situación agresiva.

Se desconoce cuánto efecto puede tener, pero en tal estado, solo puede ir al médico a toda prisa, tratando de inclinarse con fuerza para recoger el tablero de pastillas de plata en el suelo.

Pero lo intentó varias veces y casi se cayó al suelo.

Era casi imposible recoger la medicina que salva vidas mientras se mantiene una posición decente.

¿Qué debía hacer?

Yu Yun pensó mucho.

'¿Qué debo hacer?'

La bomba de tiempo que colgaba por encima comenzó la cuenta atrás, como si estuviera haciendo una alarma de tictac, pero Yu Yun estaba indefenso.

Pero justo entonces, una mano apareció en su visión.
El dueño de la mano recogió fácilmente las píldoras y se las entregó cortésmente a Yu Yun.

"¿Yu Yun?" El hombre preguntó, preocupado: "¿Qué te pasa, Yu Yun?"

Muy familiar.
Estoy muy familiarizado con ello.