SALEM.
Mi bolsa de aseo se encuentra a medio llenar en el borde del lavabo del baño. Miro fijamente el puñado de tampones que hay en el fondo de la bolsa desde la última vez que salí de viaje. Empiezo a contar los
días y me doy cuenta de que llevo casi una semana de retraso.Se supone que me voy a Las Vegas en sólo unas horas, pero ahora...
—¿Evan? —Lo llamo desde el baño. Está en el dormitorio, preparándose para el trabajo, así que asoma la cabeza enseguida.
—¿Sí?
—Estoy retrasada.
Mira su reloj.
—¿Qué? No, no es así. Todavía faltan horas para tu vuelo.
—No, cariño. Mi periodo. Está retrasado.
—Oh, mierda. —Sus ojos se abren de par en par—. Tú... ¿estás embarazada?
Me muerdo el labio y mis manos se dirigen inconscientemente a mi estómago. —Creo que podría estarlo. Voy a ir corriendo a la tienda a comprar una prueba.
—No, quédate y termina de hacer las maletas. Yo iré a comprarla. Volveré lo más rápido que pueda. —Termina de ponerse la camiseta, la que tiene el logo de Peters Landscaping sobre el lado izquierdo del pecho, y una versión más grande del mismo en la espalda.
Mientras él no está, me paseo por el cuarto de baño y la habitación, meto mis cosas en la bolsa de viaje sin orden. Solo voy a estar en Las Vegas dos noches, y estoy metiendo demasiadas cosas, lo que no es propio de mí, pero tengo la cabeza en blanco.
Sabía que este sería el resultado cuando me deshice de los anticonceptivos, así que no es una sorpresa que probablemente esté embarazada, pero sé que me sentiré insegura hasta que me haga la prueba.
Me pongo delante del espejo y me levanto la camiseta de tirantes para observar mi vientre desnudo. Obviamente, no hay ningún bulto ahí, pero coloco mi mano debajo de mi ombligo, frotando en pequeños círculos.
¿Hay un bebé ahí dentro?
Mis sentimientos son muy diferentes a los de cuando no tuve la regla con Seda. Entonces, era una joven de diecinueve años aterrorizada, con pánico a la idea de un embarazo no planificado y de ser madre soltera.
Esta vez, no siento más que emoción ante la idea de volver a ser mamá.
Es una locura pensar que hace unos meses no estaba segura de tener más hijos. En el fondo sabía que no querría tener hijos con nadie que no fuera Evan.
Oigo abrirse la puerta principal y casi estallo de energía nerviosa cuando Evan entra en la habitación. Me pasa la bolsa de la farmacia y saco la caja. Ha derrochado y compró una que no deja lugar a dudas y que dice: EMBARAZADA o NO EMBARAZADA.
Me apresuro a entrar en el baño y me encierro en la pequeña habitación con el inodoro mientras Evan espera al otro lado.
—Pone que los resultados tardan cinco minutos en aparecer —dice a través de la puerta.
Termino mis asuntos y me subo las bragas. Al abrir la puerta, Evan se aparta de mi camino. Tapo el palo y lo dejo sobre la encimera, lavándome las manos.
—¿Cómo te sientes? —Me rodea con sus brazos, abrazándome fuerte contra su pecho.
Me muerdo el labio e inclino la cabeza hacia atrás para mirarlo.
—Nerviosa. Emocionada. Feliz. ¿Y tú?
—Feliz —repite con una sonrisa, frotando sus pulgares sobre mis mejillas—. Tan jodidamente feliz.
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We (can't be friends) II « [Evan Peters]
Fanfic// OBLIGATORIO LEER ANTES LA PARTE I // Su corazón quedó irreparablemente destrozado. Mi existencia tomó un giro irrevocable. Así que me marché. Comencé de nuevo. Contraje matrimonio con otra persona. Pero jamás lo borré de mi mente. Han pasado...