El esposo del presidente | KookV

ll.- Elegido

Muy temprano en la mañana, ocupo una banca vacía en el parque. Cuando vuelvo a percibir la vibración en mi bolsillo, aprieto mis dedos cubiertos por el suéter, ansioso porque la llamada termine. Miro a la gente paseando, intentando obtener una distracción. Por fin, la vibración cesa. Me siento culpable por faltar a mi palabra.

A noche mi madre Julianne me buscó en mi habitación tras concluir la cena. Fue a aconsejarme y en ese momento lo entendí. Todavía lo hago.

—No me convenciste bien, no eres bueno mintiendo y tu mamá se percató de eso. Me pidió que dijera que esto no es una obligación y no debes aceptar por ella. Tu mentira la hace sentir mal y no podemos enfermarla con esto.

—Pero sí quiero hacerlo.

—Comprendo que no es algo para tomarse a la ligera. Es un trabajo muy grande y más cuando es con una persona que no conoces bien. Pero se trata de Jungkook, un alfa al que tu madre tiene confianza. Además, si escoge a Jimin yo también deberé creer en él para esperar que le ofrezca lo que merece.

—Fue muy apresurado—desvelé afligido.—¿De verdad solo vino de la nada a proponer tal cosa? ¿Y cómo pudieron ustedes aceptar la idea tan pronto? En especial mamá—mencioné con decepción—. Ella no actúa de esta manera.

Un suspiro de intranquilidad por parte de mi madre me hizo notar la mentira antes de que la confesara.

—Tienes razón Tae. La propuesta no llegó con rapidez. Tiene un mes desde que lo sabemos.

—¿Qué?—le exclame incrédulo—. ¿Por qué se lo guardaron tanto tiempo?

—Fue por mí. Tuve que convencer a Minji para que les permitiera esta oportunidad. Jeon no buscó a nadie más, él quería que fuera uno de ustedes dos.

—Por seguridad—supuse.

—Tu mamá dijo lo mismo. Yo también lo creo. Minji sospechaba, y no somos ciegas, sabemos que habrá más motivos. Aunque, lo aceptamos sin preguntar tanto por qué a Jeon le ha costado mucho volver a relacionarse de esta forma con otro omega. Ella no quería tocar esa fibra y sacar un tema como ese.

—Han pasado años desde eso, debió superarlo y conseguir un omega de manera común.

—Cosas así no se superan nunca, Tae.

Entiendo los puntos, o un poco.

Justo ahora el presidente debe haber llegado a la casa y tiene que estar conociendo a Jimin.

Eso es lo mejor.

Ya he visto a Jungkook en persona unos años atrás. Yo tenía unos catorce años y él quizá unos veinticinco. Mamá todavía no se casaba con la alfa Julianne y vivíamos en los departamentos para empleados de la empresa Jeon. Recuerdo que era de noche cuando mamá recibía una llamada. Yo estaba en la sala con ella, dibujando en la tableta mientras mamá veía la televisión. El ruido era muy leve, pero parecía que la conmoción de la noticia había silenciado todo de sobremanera, y se creó un ambiente frío cuando ella dejó de responder. Al alzar la mirada la hallé quieta, con su mano cubriendo sus labios.

El omega de Jeon había muerto.

Si existiera una expresión que describiera el sentimiento de un corazón erradicado de un cuerpo humano, la cara de Jungkook estaría expuesta para explicarlo.

El alfa estaba roto, perdido, despedazado. Inclusive escuché un comentario que sonaba como consuelo.

—Solo muerto se le quitará el dolor.

Ellos estaban enlazados, además de la relación de cinco años que compartieron.

A él lo vi unas pocas veces mientras visitaba a su omega, que también vivía
en la sección de apartamentos. Escuché que se hospedaba ahí hasta que su casa se terminara de construir. Iban a vivir juntos y sospecho que también se casarían.