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Los llamados desesperados alrededor de palacio eran demasiados y preocupantes pues lo que decían no estaba de menos para ignorar. —¡Joven Principe!, ¿Dónde está? Porfavor, terminemos éste juego. Decían algunas de las damas mientras corrian de un lado para el otro, pues el cachorro de ahora tres años resulto ser un hábil maestro del escondite y ésta era la segunda ocasión en lo que iba del mes que se escabullia como una sombra poniendo los vellos de punta de cualquiera dentro del palacio, una busqueda interminable estaba agotando a más de uno que buscaban dentro de los aposentos del Rey y en los de la difunta Reina consorte, su juego estaba haciendo que tanto el Rey Viudo cómo el Gran Señor Regente sintieran su sangre helar, hasta que ya entrando el ocaso unos lloridos se escucharon desde unas puertas cercanas a la cocina, un guardia avisó y todos corrieron al lugar temiendo lo sucedido, llevándose la sorpresa de el pequeño lleno de fruta por toda su ropa y llorando al ver la canasta vacía, el alivio fue grande y el aire sostenido en sus pulmones por fin pudo salir, tomaron al Príncipe en brazos y lo llevaron a dar una ducha para después jugar con él unas cuantas horas para su buena digestión, todos terminaron agotados ese día, ahora el Príncipe tenía una guardia especial y no sé confundan, era solamente para que no se volviera a escabullir por ahí, aunque eso fue casi imposible.

Un somnoliento Alfa se encotraba bostezando mientras escuchaba los decretos y pedidos que estaban poniendo en exposición para debatir en la sala del consejo, un anciano carraspeo su garganta y con elegantes movimientos hizo una reverencia e interrumpió al que hablaba. —Su Alteza, no he podido evitar notar su cansancio últimamente debido al cuidado del Gran Príncipe, no mal entienda mi comentario, es una bendición que sea tan enérgico, eso demuestra su salud y que será un gran Rey pero...—Su reverencia se hizo más grande relamio sus labios, había planeado ésto por un tiempo y tenía que aplicar su táctica de la mejor manera posible para no fallar. —Una nueva esposa para el soberano, sería algo indicado para la crianza del Heredero, se qué usted puede criarle por su cuenta pero, si me lo permite, para que un cachorro crezca fuerte no sólo de físico si no también de mente, la presencia de ambos padres es más que necesario, la firmeza de su padre y la bondad de una madre es la mejor educación que puede recibir un pequeño... Además incluido a ésto, se aligeraria su tarea para con él ya que podría pasar más tiempo con su nueva madre y las damas. Miró de reojo y al notar que la mirada de Kim Yun Chol estaba sobre el bajo su vista e inclinó lo más que se le permitía su espalda para después en esa posición regresar a su lugar y erguirse de manera sería, un silencio un poco incómodo se hizo presente, el Rey Viudo dió una leve tos y saco a todos de sus pensamientos pero no le fue concedido hablar. —Tendria que pensarlo, realmente no siento que esté ya en condiciones de contraer nuevamente matrimonio pero, sí eso ayudara en la crianza de mi pequeño Príncipe, no lo dudaría ni un segundo, algo más, ver la lista de nobles que estén solteras y en una edad adecuada también sería necesario. Dijo el Rey mientras se quedaba pensativo.—Si el rey me lo permite, el Heredero puede ser criado bajo mi mano, a final de cuentas cómo Omega conozco la tan famosa disciplina necesaria para un pequeño y no sin olvidar que cómo su abuelo paterno siempre vería primero por su bienestar. Intervino el Rey Viudo ganándose varios carraspeos por los presentes un poco en desacuerdo pues la mayoría se miraban con una oportunidad de presentar a sus Omegas o hijas Beta subiendo así su estatus a suegros del Rey. Era una oportunidad única en el mundo y no aprovecharla sólo sería cuestión de estupidez de algunos.

Tras varios días pensándolo el soberano se decidió a ver el listado de Omegas solteros/as de buenas familias, suspiró, era una pequeña lista de diez personas de las cuáles sólo una resaltaba por su casta, una Beta, leyó varías veces su presentación y convencido de no querer formar nuevamente un lazo puso al frente el de esa mujer, Bae Eun Byol, la hija del ministro Bae, era una Beta entrada en sus treintas, tenía rasgos delicados y eso llamo un poco de su atención así puesto el asunto en su foco de atención se retiró a hacer otras tareas sin dejar de pensar en la Beta, respiró y dejo de lado las cosas que tenía frente a él para voltear a ver al jefe de eunucos. —Eunuco Cha, quiero conocer a esa Beta, la hija del primer ministro Bae... Tiene algo que capta mi atención. El eunuco asintió para hacer una reverencia y salir despacio de ahí con un suspiro ahogado pues sabia que era algo que tendría que informar al Rey Viudo, despues de todo, su lealtad siempre sería para con el omega mayor, no le malintrerpeten el Rey Viudo siempre buscaba lo mejor para su hijo y el reino.

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⏰ Última actualización: Mar 05 ⏰

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