En el Salón de los Cerezos gritos de parto de escuchaban por los largos de sus pasillos, mujeres iban y venian con trapos blancos algunos manchados en sangre otros limpios, bandejas de aguas tenian el mismo destino mientras un alfa sudoroso tirado junto a la puerta de dónde los gritos salían esperaba informes del médico quien atendía a su reina, su amada Sim Ro Na, después de largas horas de espera los gritos cesaron y en cambio un llanto fuerte se hizo presente el cuál hizo que el corazón de muchos latiera de nuevo, unos minutos después un beta de avanzada edad salió con una bola de sedas blancas entre sus brazos y una mirada triste. —Majestad, es un varón fuerte y sano, felicitaciones, el cielo bendijo al gran dragón y su familia. Trató de sonreír pero le fue imposible mientras le pasaba a sus brazos el pequeño envoltorio dónde un cachorro recien nacido se removía tratando de olfatear a su alrededor. —Mi Ro Na, la Reina, ¿Cómo está?. Habló impaciente Kim Yun Chol mientras apretaba contra su pecho a esa matita de cabellos negros cómo los de su madre, su aliento se sintió perder cuándo el médico de la corte negó mirando al suelo, dió unos pasos atrás recargando su espalda sobre el muro asustando al médico quien rápidamente se tiró al suelo y en una reverencia completa puso su cabeza junto al suelo y sus manos en puños junto a ésta. — Merezco la muerte majestad, no pude hacer nada por ella, tenga piedad de éste pobre viejo. Habló mientras su cuerpo temblaba rápidamente temiendo la peor de las suertes para si mismo, el Rey observó eso y negó, aún no lo asimilaba y automáticamente actuó dándo ordenes a su eunuco que le miraba sin color en el rostro. —Consigan una nodriza para mi hijo y a la par preparen todo para la ceremonia de mi Reina, no quiero que nada esté fuera de lugar. Dijo mientras comenzaba a caminar lentamente hacía sus propios salones, el médico al escuchar eso y observar, agradeció a los cielos y lo expresó en voz alta. —La gracia de su majestad es inmensurable, no merezco tan grande beneficio. Dijo con lágrimas en sus ojos.
Perdido en sus pensamientos un Alfa que recién había perdido a su pareja enlazada se dedicaba a cuidar al recién nacido mientras miraba cómo era amamantado por su nodriza bajo un velo a la par de su asiento, el silencio reinaba en todo el palacio, hasta que la voz de un eunuco hizo a todo el reino temblar por sus palabras en las que él Rey sólo se dedicó a tragar saliva y continuar leyendo su trabajo atrasado. —¡Nuestra Reina, vuelva con nosotros, no abandone a los suyos que le aman! ¡Oh, mi señora, que los cielos se apiaden de nosotros y la dejen volver para la gracia del reino!. Los rostros pálidos de todos eran notorios, mientras el cuerpo era preparado para ser transportado a su nueva morada de descanso los ritos eran realizados en palacio, frente a una placa de oro se leía en el Sim Ro Na, todo el palacio teñido de blanco por las ropas funebres iban dejando velas y varas de incienso para el descanso de su señora mientras se sumian en un voto de silencio para guardar el luto con respeto que tan admirable mujer se merecía.
Al dia siguiente la sombra de lo que era un Rey avanzaba con su cachorro envuelto en mantas blancas hacia el lugar del rito, llegando se dejo caer de rodillas y sin soltar al pequeño ser que desconocía todo lo que a su alrededor pasaba escuchó la voz de su progenitor quebrada y abrió sus ojos dejando ver ese tono violeta que sorprendió al decaído Alfa. —Mi Reina, mi Ro Na, nuestro pequeño es muy hermoso, sus ojos son tan únicos... será un gran líder, si... sólo si pudieras mirarlo, estarías igual de enloquecida que yo de amor por él, te fuiste demasiado pronto, pero... pero yo te prometo que éste rayo de sol que se quedó junto a mí, será el más feliz de todos, viviré por los dos, para que él sea feliz siempre, yo... yo te lo prometo mi Señora, puedes descansar e irte en paz, te un buen viaje, espero que no tengas frio mientras llegas y espérame, en otra vida volvamos a encontrarnos nuevamente porfavor, "Yaguiya, Sa rang he". Expresó en un susurro mientras lágrimas comenzaban a rodar por sus mejillas, llorar no era el privilegio de un Rey, sólo mostraban debilidad pero en éstos momentos, el lo estaba, se sentía débil, que ingrata había sido la dulce Ro Na al irse antes que él y dejándole un pequeño a su cuidado, después de unas cuantas horas se calmó y observó al bulto en sus brazos que había vuelto a dormir por lo que sonrió acariciando su regordeta mejilla con uno de sus dedos, se puso de pie y se dirigió a los aposentos de su ahora fallecida esposa para observar que todo avanzara correctamente pues una idea se instaló en su mente. —Los aposentos de su Reina sólo pertenecerán al heredero, nadie más podrá pisarlos al menos que tengan mi permiso o sea para darle su mantenimiento necesario hasta que él pueda habitarlos por cuenta propia. Todos hicieron una reverencia acatando las órdenes reales que habían sido dadas por su señor imperial.
Un mes completo había pasado desde el descenso al otro mundo de la Reina Consorte en dónde todo el palacio por cuenta propia guardó su luto en silencio y sin fiestas, el Rey Gyennom no se separó ningún momento del pequeño Seok Yeon como lo había llamado, la nodriza se había ganado la confianza del Rey y ésta fue titulada cómo la dama del Príncipe Heredero quién se encargaba de su seguridad cuándo el Alfa descansaba junto al eunuco de éste, la primer fiesta se llevó a cabo, el agradecimiento a los cielos por la bendición del heredero más los honores a la reina consorte fallecida, en seguida el desfile de presentación para el pequeño príncipe dónde todo el reino deseaba su salud, belleza, ingenio y felicidad para ese diminuto ser que aún desconocía la vida en su esplendor, todo su mundo giraba en no apartar la vista de su padre y dormir junto al aroma agradable que esté desprendía, era amado desde antes de saber que era el amor y eso era una bendición.
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El "Doljanchi" es la celebración que se lleva a cabo en el primer cumpleaños del cachorro, se pide la bendición de los cielos por su salud y prosperidad en el futuro, vestido con su hanbok y bokgeon, Seok Yeon de un año trataba de mantenerse en pie mientras personas de estatus de todos los reinos llegaban y dejaban regalos al pequeño quién era cuidado por su nodriza fielmente, sobre las mesas era servida la tan conocida sopa de algas y tortas de arroz más aparte exóticos platillos dignos de un rey, todos reían y vitoreaban viendo el gran espectáculo preparado para el pequeño gran Príncipe Heredero, después de varias horas la ceremonia en la que se centraba la celebración estaba siendo llevada a cabo, sobre una gran manta púrpura se encontraba sentado el niño mientras era observado por todos ansiosos de ver su elección, frente a él una mesa larga adecuada a su tamaño se encontraba con diferentes objetos sobre ella, una hilasa, bollos al vapor, pinceles de caligrafía, lingotes de oro y unos cuántos libros descansaban ahí, el pequeño aún en su lugar observaba al frente con el seño fruncido sin saber muy bien que sucedía, nadie prestaba atención a un pequeño de cuatro años y ojos dorados que se escabulló hasta el frente del pequeño y de manera torpe llevó todo hasta dejarlo en los pies del niño, varios sintieron el frío sudor de su espalda, ya que podrían ser castigados por no evitar ese error pero las risas del cachorro festejado no se hicieron esperar mientras en su mano derecha tomaba el pincel y en su izquierda un bollo al vapor y lo comía feliz, rápidamente alguien de los presentes llegó hasta el lado de los pequeños y tomó en brazos al mayor de éstos mientras se inclinaba en modo de disculpa ante el Rey Yun Chol que sólo observaba sorprendido todo lo que había pasado sin entender muy bien, ¿su hijo sería alguien sabio? ¿O la comida nunca faltaría a su mesa? ¿Lo tendría todo? ¿De dónde salió ese cachorro de ojos dorados que en voz baja había coqueteado con su bebé?, con eso en mente la fiesta continuó mientras los invitados se iban retirando uno por uno hasta que el castillo volvió a su habitual calma en silencio y sólo risas ocacionales de un pequeño de ojos violetas se escuchaba en el lugar mientras le mostraban sus regalos.
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El Omega Coronado
Romance-Padre... yo, yo no puedo casarme con alguien que no conozco... p...puedo manejar el reino por mi cuenta, incluso puedo buscar a un alfa yo pero... porfavor no me comprometas con él. La noticia de que su compromiso con el príncipe del este estaba tr...