Suga recibió los papeles del divorcio, pero su corazón se llenó de arrepentimiento. El peso de la decisión se hizo insoportable mientras se daba cuenta de lo que había perdido. Decidió ir a hablar con Tae, desesperado por rectificar sus errores y recuperar lo que una vez tuvieron.
Al llegar a casa, Suga se encontró con una habitación vacía, sumida en la oscuridad y la tristeza. El silencio era ensordecedor mientras buscaba desesperadamente a Tae, pero no había señales de su presencia. En la mesita de luz, encontró una cinta y una carta, símbolos de un adiós inminente.
Con manos temblorosas, Suga tomó la carta y comenzó a leerla. Las palabras escritas en ella eran un torrente de dolor y despedida. Tae confesaba su amor eterno, pero también revelaba la verdad devastadora: le quedaban solo tres semanas de vida debido a una enfermedad terminal. Lamentaba no haberle dicho antes, pero sabía que el destino no les permitiría estar juntos.
Destrozado por la noticia, Suga decidió reproducir la cinta en la televisión. En el video, Tae aparecía frágil y débil, pero su amor por Suga era inquebrantable. Le pedía perdón por no haberle revelado su enfermedad antes y le rogaba que viviera su vida sin culpa ni remordimientos. Tae le aseguraba que siempre estaría con él, incluso después de su partida.
El funeral de Tae fue un torbellino de dolor y desesperación para Suga. Las lágrimas no dejaban de fluir mientras se despedía de su amado esposo. Sintió que su mundo se desmoronaba mientras veía cómo el ataúd de Tae era bajado a la tierra. La tristeza se convirtió en su compañera constante, envolviendo cada momento de su existencia.
Suga regresó a la casa que solían compartir, ahora vacía y llena de recuerdos dolorosos. Se aferró a las ropas de tae que quedan en esa habitación, sintiendo que su vida se había vuelto vacía y sin sentido. Abandonó su trabajo y se sumergió en la soledad de su hogar, recordando cada momento feliz que alguna vez compartieron.
Los días se volvieron oscuros y sin esperanza para Suga. Cada amanecer era un recordatorio de la ausencia de Tae, y cada atardecer traía consigo una sensación de soledad abrumadora. Sin su amado esposo a su lado, la vida se volvió un tormento constante.
Suga se aferró a la promesa de que algún día se reunirían nuevamente. Pasó sus días recordando los momentos felices y los juramentos de amor que compartieron. Soñaba con el día en que finalmente podría reunirse con Tae y encontrar la paz que tanto anhelaban.
Y así, Suga vivió el resto de sus días en la tristeza y la melancolía. El amor que una vez floreció entre él y Tae se convirtió en una llama eterna en su corazón, pero la pérdida y la soledad nunca desaparecieron por completo.
Fin.
Bueno hemos llegado al final de la novela espero que les guste y me apoyen ☺