Recopilación de un multiverso, pequeños relatos dramáticos

Hijas de los Astros

Bueno aquí les dejo el primero, una historia con un pequeño cambio de papeles n.n

Espero les guste y me digan qué les pareció.

Les recuerdo que ninguna imagen es mía, siempre que pueda tendrán alguna marca del autor.  

El Mayara ^^

En un reino medieval desconocido por el hombre, hace muchos ayeres, vivía una princesa rubia de ojos azules y una sonrisa tan radiante como el sol. Su pueblo la adoraba, pero ella no era feliz; sus padres la habían comprometido, desde su nacimiento, con el príncipe heredero de un reino bárbaro dónde el más fuerte era el que tenía gloria. Todo por una alianza para que el reino del sol no fuese atacado.

Un día, durante una fiesta en honor al guerrero que terminó un antiguo y eterno conflicto. A la princesa se le fue presentado el protagonista de dicho evento, el guerrero Esmeralda. Una figura enfundada en una armadura verde y morada que sólo podría portar alguien de gran riqueza, pero con marcas de crueles batallas, se acercó a ella; se trataba del guerrero más fuerte de su reino.

Al momento de que este se quitó el casco para saludar la princesa se sorprendió enormemente. Era de cabello negro, piel blanca casi pálida y delicada con un rostro tanto adorable y delineado como fuerte, coronado con unos ojos verdes como un par de esmeraldas bien pulidas.

- Saluda a la princesa del sol el guerrero esmeralda, Lena Kieran Thurul. – Exclamó con voz confiada, una pequeña reverencia y un delicado beso al dorso de la mano que sostenía sin separar su verde mirada del profundo azul que la contemplaba. Una mujer, el guerrero más fuerte era una mujer y, además, la más hermosa que la princesa había visto.

Ahí empezó su historia, su tragedia. Ambas mujeres se enamoraron a primera vista, tomando cada oportunidad, robando minutos al tiempo, para encontrarse. Se amaban tanto que el sol siempre las acompañó embelesado por tanta felicidad y belleza. Pero no todo puede ser felicidad, llegó la fecha de la inminente boda de la princesa, algo que ambas habían querido olvidar.

La joven lloró y lloró en brazos de su amada quien acostumbrada al dolor y las batallas se mantuvo fuerte por ella. Una sola lágrima fue la que derramó prometiendo que la protegería y la sacaría de esa jaula de oro que la aprisionaba. No había más grande sueño para la guerrera que ver a la mujer que ama volar libre acariciada por los rayos del sol que tanto ama.

En la víspera de la boda Lena tomó a la princesa y escapó con ella montadas en su fiel caballo negro. El gigantesco animal de batalla cabalgó atravesando y evadiendo los ataques como ninguno, no se detuvo hasta que estuvieron en un reino vecino. En el castillo los soldados del guerrero esmeralda les habían abierto camino dispuestos a morir por ver feliz a su señora. Sólo unos pocos sobrevivieron y pudieron ir a buscarlas para seguir protegiéndolas.

Una semana, una semana fue la que vivieron en plena libertad y felicidad. Una semana de sol y luna llena, una semana de besos, pasión y amor eterno.

No obstante, bajo la última luna llena el ejército del príncipe abandonado las atacó. Lena escondió a la princesa en una cueva mientras ella combatía al ejercicio con su caballo como único apoyo. Mientras tanto en la oscuridad la princesa rezaba por el bienestar de su amada al tiempo que se maldecir por no ser lo suficientemente fuerte como para ayudarla.

Por qué lo único que podía hacer por ella era mantenerse oculta a toda costa. Lloraba mares de dolor y frustración por su debilidad, "si tanto solo fuera una guerrera, si tan sólo fuera tan fuerte como ella, si tan sólo pudiera volar y llevarlas lejos..." se maldecía.

Lo que la princesa no sabía es que no era su fuerza de lo que Lena dependía en las batallas sino de su inteligencia. Era su forma de razonamiento más rápida que la del promedio lo que le permitió encontrar la forma de poder empuñar una espada a pesar de ser mujer, fue su inteligencia la que le descubrió el camino al reconocimiento como guerrera, fue su ingenio lo que le permitió generar estratagemas y prever los movimientos del enemigo tanto en grandes batallas como en combates mano a mano.