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La luz del sol que entraba por las cortinas de aquella sala empezaba a molestar a Roier, lentamente abrió los ojos, tan pronto terminó de despertar sintió una punzada en la cabeza, le dolía como la mierda.

"Chingado" Intento levantarse pero sintió un peso sobre su pecho, volteó a ver de que se trataba.

Quackity aun se encontraba durmiendo encima de el mientras lo abrazaba, se veía tan adorable y tranquilo, no pudo evitar acercarse un poco para depositar un beso en su frente.

"Ay, entonces Mariana no mentía".
Roier dio un pequeño salto del susto, Aldo venía desde la cocina con un vaso con agua y unas pastillas "Ahora le debo 50 pesos por tu pinche culpa, tripón".

"Buenos días" fue lo único que pudo decir por los nervios, ahora dos de sus amigos sabían lo que pasaba entre ellos.

"Buenas ¿Como está tu cabeza?".

"Me duele bien culero".

"Toma, te servirá para la cruda" Le acercó la pastilla y el vaso con agua, el castaño se las tomó y después suspiro, volteó a ver a Aldo, que se había sentado al lado de Mariana, el y Rivers seguían durmiendo.

"¿Entonces tú y Quackity son novios?".

"¿Que, No! solo somos amigos" Sintió el calor subir a sus mejillas.

"Que mamada, literalmente están durmiendo abrazados" El de lentes lo apunto con el dedo "Pero ¿Te gusta?".

¿El, gustar de Quackity? ¿Gustar de otro hombre? y no de cualquier otro hombre, este era su mejor amigo. Nunca lo había pensado antes, por lo general sus últimos crushes eran chicas lindas castañas con cabello largo, Quackity era todo lo opuesto, su cabello era completamente oscuro, en si era largo para un hombre, pero seguía siendo corto.

Lo único con lo que coincidían era que el azabache era lindo, demasiado lindo si era sincero, sus facciones eran bastantes suaves, sus ojos tenían forma de almendra y siempre estaban llenos de brillo, su rostro estaba lleno de lunares como una galleta de chocolate, tenía una sonrisa contagiosa que cada que la veía sentía que su corazón se acelerara, y sus labios, sus labios era lo que más le encantaba de él, de un tono rosa, delgados normalmente, pero le gusta ver como se hinchaban después de una sesión de besos.

"¿Entonces?"

"Creo... creo que si"

Aldo soltó una carcajada "¿Crees?" Roier solo soltó un puchero. Escucharon al más alto de todos gruñir mientras se estiraba en el sillón.

"¡Como chingan!" Alargó la última a "¿Que hora es?".

Aldo sacó su teléfono de su bolsillo para ver la hora "Las 11:40".

"Aun es desayuno" Mariana le dio un ligero golpe a Rivers que estaba empezando a despertar a su lado, esta se quejo.

Aldo, Mariana y Rivers se dirigieron a la cocina, la última mencionada grito a lo lejos "¡Despierta a Quackity!".

Su atención volvió al menor que aún se encontraba durmiendo en su pecho, llevo una de sus manos para acariciar su cabello suelto, pocas veces podía verlo sin sus característicos gorros.

No lo entiendo, su cabello es muy lindo ¿Porqué lo oculta? Pensó el castaño.

"Quack, Quackity, despierta wey" Intento moverlo levemente, Este empezó a reaccionar.

"Un poco más" Se aferró a la camiseta que llevaba puesta Roier.

"Mariana ya está haciendo desayuno".

Chillo un poco pero por fin saco su cabeza de su escondite, viendo a Roier a los ojos. Quackity se veía tan bonito justo ahora, su cabello estaba por todas partes y sus ojos se veían un poco cansados.

All the things he said !? SPIDERDUCKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora