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Eran al rededor de las 6 de la tarde en sábado, la mamá de Aldo los llevaba a los cuatro chicos a la casa de Mariana, al llegar se despidieron de ella para después entrar a la casa cuando el más alto les abrió la puerta, saludándolos a todos.

"Vamos a subir nuestras cosas" Anunció Roier.

"Ay llévate mi mochila, Roiler".

"También la mía".

"Tienen suerte que soy muy buen amigo, culeros" Dijo mientras subía las escaleras junto a Quackity.
Llegaron a la habitación, dejando en el suelo las mochilas.

Quackity se tumbó en la cama de Mariana "Cuando regresemos voy a quitarle su cama, top 3 camas más cómodas".

"Espero que la mía sea la primera".

"Eres un pendejo" Fue lo único que pudo decir para después levantarse de la cama, Roier empezó a carcajearse, atrayendo a Quackity a un abrazo.

"Pero no te enojes" Volvió a reír mientras le daba un beso en su mejilla, el azabache suspiro y lo tomó de los cachetes para guiarlo a un beso.

Antes de que pudieran escalar la intensidad de sus labios, la puerta se abrió de golpe haciendo que ambos chicos se separaran lo más rápido que pudieran "Ey, ya es hora de irnos"  Hablo Mariana antes de darse la vuelta y irse como si nada hubiera pasado.

"¿Nos habrá visto?" Exclamó mientras jugaba con su collar.

"Esperemos que no, pero tu tranqui" Roier tomó de la mano a Quackity para intentar calmarlo, lo cual funcionó, salieron de aquella habitación sin soltar la mano del otro.

El uber los estaba esperando afuera, se despidieron de la mamá de Mariana para subirse al auto, al rededor de 15 minutos llegaron a su destino, bajaron del carro después de pagarle al conductor "¿Qué esperan? apúrense " Hablo emocionado Mariana mientras caminaba hacia la entrada.

Al abrir la puerta fueron recibidos por la música alta que provenía de las bocinas, había personas por todas partes, varias podían reconocerlas ya que asistían a la misma escuela, pero la mayoría nunca las habían visto en su vida.

"¡Slime!" El de lentes aceleró su paso cuando encontró a su amigo, abrazándolo con fuerza "Ellos son mis amigos, Aldo, Rivers, Roier y Quackity" Los cuatro solo saludaron con la mano.

"¡Hola! un gusto, en la cocina hay todo lo que quieran para beber ¡que no les de pena!".

Caminaron hacia la cocina, estaba más despejada que lc resto de la casa, Rivers abrió la hielera sacando una cerveza para cada uno "Yo no quiero, sabe a culo" Rechazo Roier.

"Te daré algo más dulce entonces" Slime le guiño el ojo mientras vertía otra bebida en un vaso de plástico rojo, se acercó al castaño para entregárselo.

Roier tomó un trago, era un trago fuerte pero se camuflaba muy fácil con lo dulce de la bebida "¿Qué es?".

"Aguaslocas".

"Eso no responde mi pregunta pero esta bien".

Al pasar el tiempo Roier empezaba a sentirse un poco mareado, la única vez que había probado alcohol fue alguna vez cuando su madre le había ofrecido un trago de su cerveza lo cual fue suficiente para que este no tuviera interés en las bebidas alcohólicas, hasta ahora, aquella bebida que le había dado Slime sabia muy bien, era su tercer vaso ya y ahora sentía que sus ojos pesaban un poco.

Estaba sentado a un lado de Quackity, este apenas había tomado su segunda cerveza y se veía tranquilo, y muy lindo a los ojos de Roier, sin pensarlo mucho una de sus manos lo abrazo por la cintura mientras hablaban, este parecía no ponerle importancia.

"¡Charlie! ¿traes lumbre?" Una chica de cabello entre rosa y morado se acercó a la cocina, el mencionado busco en su pantalón y sacó un encendedor, dándoselo a la chica.

"¿Me das uno?" Rivers hablo con la chica, esta le dio una sonrisa y sacó su cajetilla.

"¿Alguien más quiere?" Mariana levantó la mano.

"No sabía que fumaban" Hablo Quackity mientras veía a Rivers y Mariana encender sus cigarros.

"¿Quieres?" Se le acercó el de lentes.

Quackity lo pensó por un segundo "No lo sé, me da miedo ahogarme".

"O te podría pasar el humo"

"¿Como es eso?"

Mariana se acercó a Quackity colocando una de sus manos en la nuca de este "Voy a inhalar mi cigarro, te voy a besar y voy a soltar el humo en tu boca ¿Va?"

El azabache lo miro sonrojado, lo pensó por un momento, ya se había besado con uno de sus amigos, besarse con Mariana no haría la mayor diferencia.

"Va" Quackity asintió, Mariana le dio una sonrisa mientras inhalaba de su cigarro, al tener el humo en sus pulmones acercó a Quackity a un beso mientras lo tomaba de la nuca. Podía sentir sus mejillas enrojecerse mientras el otro soltaba el humo en su boca a través de aquel beso, a decir verdad se sentía diferente, el sabor a tabaco lo hacía sentirse un poco mareado, pero nada comparado a cuando se besaba con Roier.

Hablando del castaño, este aún se encontraba sentado al lado de aquella escena, algo en su estómago se contrajo, de alguna manera se sentía celoso ¿Pero porque?, el no tenía intenciones de fumar tabaco.

¿Acaso era porque Quackity estaba siendo besado por alguien más?.

Ambos chicos se separaron mientras el humo salía de los labios de Quackity, soltó una risita para después darle un sorbo a su cerveza.

La tarde paso entre charlas risas y tragos, los 5 chicos estaban sentados en el suelo de la habitación de Slime, ya era hora de irse y entre todos intentaban que sus mentes borrachas pudieran averiguar como pedir un uber.

Los ojos de Roier no podían desviarse de su objetivo, Quackity, que estaba a un lado suyo mientras reía sin parar sobre todo el asunto, sus mejillas estaban sonrojadase y sus labios se veían tan apetitosos.

El castaño frunció en ceño "Quackity, acompáñame al baño" Le susurro al oído, pudo sentir como el contrario se tensó al tacto.

Ambos se pararon para salir de la habitación, el baño se encontraba justo a un lado así que no fue difícil encontrarlo. El castaño azoto la puerta una vez que ingresaron, Inmediatamente Roier empujo a Quackity contra a la pared empezando a besarlo con hambre.

Las manos de Roier empezaron a recorrer toda la espalda del contrario, deslizando hasta su cintura donde lo sostuvo en su lugar, sentía como Quackity comenzaba a temblar ligeramente, podían notar como la temperatura de sus cuerpo empezaba a subir.

Los besos se trasladaron a su cuello, Roier empezaba a morder ligeramente la sensible piel de Quackity, este empezando a soltar pequeños jadeos, demasiado ido para controlar sus sonidos.

Un pensamiento cruzó por su mente, soltando una ligera risita por la idea, su manos se deslizaron hasta llegar al trasero de Quackity, sacándole un gemido por la sorpresa.

"¡Roier!" Dijo avergonzado, avergonzado por lo mucho que le había gustado el tacto, sus manos bajaron para tomar las muñecas del contrario "Espera".

Las manos lo soltaron, cambiando su agarre para tomar al azabache de las mejillas "¿Pasó algo?".

"No, pero, creo que debemos volver con los demás" Roier asintió, abrieron la puerta mientras se tambaleaban para llegar con los demás, Quackity tenía razón, ya habían pedido el uber así que salieron de la casa ajena para esperar afuera.

Cuando llegaron a la casa de Mariana todos se encontraban demasiado cansados para subir las escaleras y ponerse sus pijamas, solamente se quitaron sus zapatos y cayeron en los sillones de la sala.

Rivers durmió en un sillón reclinable, Mariana y Aldo durmieron sentados en uno de los
sillones mientras Roier y Quackity durmieron en el otro abrazados.

All the things he said !? SPIDERDUCKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora