Prólogo | Querer devolver el tiempo

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El silencio reinaba en la sala, mientras que unos hablaban bajo, otros estaban mirando sus teléfonos móviles, era curioso si estuvieran en otras situaciones tal vez, solo tal vez sería totalmente diferente

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El silencio reinaba en la sala, mientras que unos hablaban bajo, otros estaban mirando sus teléfonos móviles, era curioso si estuvieran en otras situaciones tal vez, solo tal vez sería totalmente diferente. Es que ¿Cómo se puede estar pensando en otra cosa si no es esa? Por más que se quiera no se puede cambiar, o bueno tal vez eso era para ella.

Miraba todo alrededor callada, mientras que su mirada se establece a aquella caja, irónico, si por ella misma ya se hubiera ido de allí desde hace mucho ¿Desde cuándo había cambiado tanto? Si su madre no le quería, para nada desde que tenía memoria, solo se basaba en recordarle todos los días de su vida cuando odio y resentimiento le tenía.

Sí, reconocía que tuvo sus errores como hija, pero sabía que no tenía por qué recibir tal trato de ella. Estaba tan metida en sus pensamientos que ni cuenta se dio cuando alguien se sienta a su lado.

— ¿Estás bien? — ella voltea a verlo y le sonríe tristemente.

— Quisiera poder creerlo ¿sabes? — hace una pausa — Mi madre no fue una persona que recuerde con cariño.

Él la mira con comprensión — Pero al menos lograste estar con ella en su ultimo momento—

Ella baja la mirada — Hubiera querido devolver el tiempo, escucharte y hacerte caso— él estaba confundido.

— ¿Qué quieres decir?

— Sí, quiero decir— hace una pausa y toma aíre mirándolo a los ojos— Tal vez si no me hubiera metido en malas andanzas, no hubiese tomado malas decisiones, te hubiera escuchado, nada de esto hubiera pasado, mi madre lograría tener una segunda oportunidad— sus ojos se cristalizan y baja la mirada.

—Oye— coloca una mano en el hombro de ella para llamarle la atención— No te pongas una carga de la cual no te corresponde, sí tomaste malas decisiones, pero entiende que reaccionaste a tiempo...

—Pero te hice daño, jamás me perdonaría si te hubiera pasado algo, verte ahí en aquella camilla entre la vida y la muerte fue un martirio.

—Sí, lo sé, mi hermana me lo dijo, pero también me contó que recapacitaste en muchas cosas, de las cuales supiste manejar en el tiempo que estuve en el hospital y créeme que muchas personas se arrepienten, pero no de manera genuina.

—¿Está bien que quiera devolver el tiempo y reparar tantas cosas que hice?

—Claro que sí, nadie puede decirte que no lo hagas, pero piénsalo de esta manera: Puede que no hayas arreglado el daño que hicieras, pero puedes reparar lo que todavía esta roto y sanar heridas.

Ella guarda silencio y medita en las palabras de su acompañante, desvía la mirada hacia aquella caja, mientras sus recuerdos llegan a su mente, tal vez él tenga razón, en eso ve a una chica tal vez rondando en los 15-16 años, la mira fijamente y en eso ve como se acerca al ataúd, ella tenía el pelo rojizo y uno que otro mechón de color negro, la reconoce se levanta y él la sigue.

—¿Sabes algo? Tal vez tienes razón y voy a reparar lo que hace tiempo rompí por mi egoísmo— él dirige la mirada hacia el mismo lugar que ella, se sorprende al principio, pero sonríe.

—¿Te gustaría que te acompañe?

Ella piensa un momento, pero niega —Gracias, pero creo que sé como hacerlo— él asiente y le da un breve abrazo.

—Sí necesitas ayuda sabes que puedes buscarme.

Sin más ambos se separan y toman caminos distintos, ella se acerca con cuidado a la chica que había visto antes, le coloca una mano en el hombro, la pelirroja voltea a ver quién es y se sorprende, ambas se abrazan leve y se alejan del ataúd para tomar asiento en uno de los sillones.

—No pensé verte aquí— comenta la pelirroja mirando a su acompañante quien desvía la mirada un poco.

Ella hace una pequeña mueca—A veces es bueno sanar viejas heridas—la pelirroja asiente, mientras que servían dos vasos de agua —¿Qué tal todo Jun? —la pelirroja baja la mirada, evitándola mirar, ella lo nota y le toma las manos — ¿Sucedió algo?

Jun abre la boca, pero la cierra, suspira y decide hablar —Digamos que no todo está muy bien desde la última vez que nos vimos, las cosas se han tornado muy difíciles desde que escapé de mi hogar, mi novio es una buena persona, pero tiene cosas buenas a pesar de todo.

—Sabes que debes alejarte de él, no es buena influencia para ti.

—Lo dices como si fuera lo más fácil del mundo.

—No, no lo hago, yo también pase por lo mismo que tú y quisiera que me escucharas.

Jun la mira algo indecisa, pero suspira y asiente dispuesta a escuchar y entender lo que hace mucho se negó a hacerlo.

—Antes de empezar a contarte mi experiencia y lo que he aprendido, quiero hacerte una pregunta— Jun asiente algo confundida sin entender realmente a que se refería.

—Está bien, te escucho.

— ¿Qué es Suficiente para ti?

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Ahora si me gusta como comienza jajaja

Aprovecho que son pocos capítulos, cada uno será editado, se agregarán nuevas escenas y se quitarán algunas, si Dios me lo permite se actualizará cada los domingos, espero que les guste este nuevo formato de narración de los próximos, ¡un abrazo para todos! Bendiciones

Con cariño:

Tatiana ❤️

Suficiente | Novela CristianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora