1; La monja en el hospital

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Está historia le ocurrió a la mamá se mi amiga, que por cuestiones personales no diré su nombre y lo omitiré, le pondremos María y lo contaré en primera persona.
...

Esto ocurrió hace un par de años atrás, cuando yo me quería ganar unos pesos y una familia me contrató para cuidar a la madre de uno de sus miembros.
Yo estaba ansiosa, de verdad necesitaba algo de dinero y sería fácil sólo ir por un par de horas a la noche y nada más.
Pero lo que pensé que solo sería pasar la noche aburrida, se convirtió en la peor experiencia que me tocó vivir.

Recuerdo que ese día había mucho viento, y llovía sin parar.
Me presenté a la señora, hablamos un rato para conocernos y poco a poco, las horas fueron pasando con total normalidad.
Cuando dejé de estar pendiente del reloj cai en la cuenta que ya era de madrugada y que la señora estaba durmiendo.
Justo cuando estaba por buscar algo en la televisión para mirar y no aburrirme, comencé a sentir un frío extremadamente horrible, y empecé a sentir un olor nauseabundo.
Yo no entendía de dónde venía ese olor, solo que cada vez era más insoportable.
De repente, salté de la silla cuando ví una sombra en el pasillo que se acercaba hacia la habitación en la que estaba.
Empecé a transpirar.
Y en un instante una monja apareció, pidió permiso.
Me preguntó cómo me llamaba y qué estaba haciendo alli.
No paraba de emitir una extraña sonrisa.
Y no sacaba su vista en la abuela que se encontraba durmiendo que yo estaba cuidando.
Algo en mi no confiaba en esa monja.
Su aspecto era raro. Si piel era blanca Sus dientes como si estuvieran todos podridos, era alta, además tenía una túnica larguísima que no dejaba ver sus pies.
Aún así fui amable, si bien me incomodaba su presencia y me daba terror. La respetaba porque quizás era alguien que venía a visitar a los enfermos.
Luego de varios minutos que parecieron una eternidad y en dónde la monja no dejaba de balbucear palabras que no lograba entender le pregunté.
-necesita algo más?
Ella negó con la cabeza y se marchó. Sin decir nada. Solo asistiendo con la cabeza y observando.
Jamás olvidaré esa mirada, ese terror que sentía en todo momento que estuvo allí.
No habian pasado ni diez minutos de su presencia que la abuela se despertó y empezó a decir que llamara a una enfermera porque no podía respirar y le dolía el pecho.
La enfermera vino y la abuela así de la nada comenzó a desmayarse.
Había gritos,  Vinieron más médicos y enfermeras y lamentablemente la abuela perdió su vida. Simplemente ella no volvió a despertar.
Yo realmente no lo podía creer.
Porqué de la nada paso de estar durmiendo bien sin tener nada malo a morir?
A caso esa monja tuvo algo que ver?
No lo sé.
Solo sé que jamás olvidare su olor. Su rostro y lo incomoda que me contagiaba su presencia.
Luego de algún tiempo, no recuerdo cuando, visitando el mismo hospital me tocó ver una fotografía bastante peculiar en unos de los pasillos.
Allí, estaba la misma monja rodeada de enfermos, la misma mirada y la misma maldita risa.
-que estás mirando?
Interrumpió una enfermera con varios años ya encima.
-esa foto , esa monja. Hace unos meses atrás la Vi. Yo estaba cuidado a una abuela y ella entró a la habitación. Luego la señora falleció. -conteste sorprendida.
Pero jamás olvidaré esa cara.
La enfermera emitió una incomoda risa.
-imposible. Esa foto es de hace cien años atrás.

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