Temothée © (Boys 02)

Seis

Nota: antes de empezar este capítulo, recomiendo releer por lo menos los dos últimos para ponerse al día. El capítulo es largo, espero lo disfruten.♥️
Advertencia: capítulo con mención a drogas y temas sensibles.

Noche de trajes y vestidos

Temothée Hammer

Exhalé dramáticamente, observándome en el espejo. Detallé el azul de mi traje, la linda corbata roja y los elegantes zapatos oscuros.

—Sé que la fiesta será algo elegante, pero ¿no es demasiado? —le cuestioné a Tina, quien se encargó de pedir la ropa para nosotros en sus boutiques.

—Nunca es demasiado, además, te ves precioso —asegura—, todos lo estaremos.

Dice eso último robándome el protagonismo en el espejo, viendo como el vestido color salmón se ajusta a su figura de una manera impresionante, resaltando todos sus atributos.

—¿Me creció el culo o son ideas mías? —pregunté, detallándome de nuevo en el espejo.

Tina me observa el trasero y frunce el ceño, —Sí, son ideas tuyas.

—¡Oye!

Reí.

—Amor, estoy listo para ir a la piscina —indica, Isaac apareciendo en el cuarto de Tina—, vaya, bonito traje.

¿Bonito traje? ¿Eso es todo?

Pude ver en el rostro de Tina que por su mente pasó lo mismo. Estos días Isaac se ha vuelto la persona menos romántica del mundo, todo lo contrario a como era antes de empezar estas vacaciones.

—¿Te probaste el tuyo? —inquiere, Tina sin mucho afán.

—Aún no, lo haré luego de venir de la piscina —dijo—, es un viernes muy caluroso. ¿Irás a la piscina con nosotros?

—Los alcanzo luego, tengo un par de cosas que organizar con Terisse acá —respondió.

—Yo iré a cambiarme esto, vuelvo en unos segundos —avisé.

Fui hasta a mi habitación, quitándome el traje azul dejándolo estirado sobre la cama, junto con el de Isaac. ¿Cuál era la ocasión?, una que quise evitar a como dé lugar, pero el destino no jugó a mi favor, como cosa rara.

El restaurante H&H envió una tarjeta de invitación a todos los huéspedes del hotel para su gran fiesta de esta noche. Nuestra invitación llegó dos días después de que Julián mencionara tal fiesta. Isaac fue quien recibió la tarjeta y consiguió sin mucho esfuerzo animar a mi madre y Tina a asistir. Yo mostré desinterés hasta dónde pude, sugiriendo que podíamos planificar algo más divertido para pasar el rato, pero no logré mi cometido. Mi madre fue la primera en darle la idea a Tina de encargar nuestros vestuarios en las boutiques, de ahí supe que no las detendría.

Salí de mi burbuja mental y decidí cambiarme enseguida, colocándome un short cómodo y una sudadera blanca. Isaac y yo bajamos al club de piscinas del hotel y nos metimos en la más profunda. Disfrutando de la sensación de dejar nuestros cuerpos flotar, el agua estaba en un punto medio de temperatura, permitiéndonos refrescar en este día tan cálido. A pesar de la gran cantidad de personas que podía haber en el hotel, las piscinas no estaban colapsadas.

—Faltan pocos días para tu cumpleaños, ¿estás emocionado? —pregunta, Isaac flotando muy cerca.

—Un poco, sí.

—¿Un poco? —sonríe incrédulo, acariciando mis piernas por debajo del agua con sus pies—, estás viviendo la década de los veinte, muchos dicen que es la mejor.