Muchos se preguntaron qué sucedía, pero Dani fingió demencia. No era tonta y menos una traidora, o al menos eso repetía ella en su cabeza.
Y mientras, Max, Marcela y Zack contemplaban la escena como meros espectadores, la muchacha de cabello rubio recordó a las bombas lacrimógenas que debía arrojar por el pasillo del piso tres.
—Dani, ¿viste...? —dijo Marcela.
Pero al no ver a su amiga, pensó en alertar a Max o Zack. No lo hizo. La verdad era que no quería prestarle atención a Dani. No, no quería que Max le prestara atención. Era egoísta y una celosa de mucho cuidado, lo tenía bien en claro. Sabía que estaba mal, que su pensar era incorrecto y despiadado si es que Dani estaba en peligro. No cambió nada. Se recriminó así misma por ser tan cruel, pero su boca permaneció cerrada y su mano bajó, al ver que inconscientemente estaba por dar toques al hombro de Max.
Se sentía mal por dejar las cosas como estaban, pero Dani se sentía peor por ser quien ocultaba cosas importantes a sus amigos. Porque Dani sabía mucho más que el resto y no, tal vez no era una traidora ante Sole y Louis en este momento, pero sí lo era para sus otros amigos y el resto de Red Soldiers. Tenía una etiqueta que la perseguiría de por vida.
Pero el daño ya estaba hecho, y por más que Marcela insistía en repetirle a su cabeza lo mala que era, Daniela se trataba de convencer a la suya de lo contrario, que su actuar era correcto al priorizar a Sole y que jamás llegarían a entenderlo porque nadie era capaz de dejar de pensar en sí mismo por unos minutos, para darse cuenta de que existía más que el puro egocentrismo en tiempos oscuros como estos.
Así era, Dani estaba realmente jodida, pero no sería capaz de admitirlo jamás porque ella, pese al discurso anterior, era igual o más egocéntrica que todos a su alrededor.
¿Y si se detenía?
—A la mierda —murmuró luego de quitarle el seguro a las bombas lacrimógenas y arrojarlas al pasillo.
Sí, ella sabía a dónde pertenecía, y claramente, su lugar no estaba en las instalaciones de Red Soldier.
Corrió con tal de que nadie la viera, cubriéndose el rostro con un pañuelo para evitar ser víctima de su trampa.
***
Sole y Louis caminaron con lentitud por el pasillo, con aquellas mascaras anti gas puestas. No había límite, podían hacer lo que se les plazca. La chica fue quien dio el primer golpe, levantando su brazo, que tenía a su mano emitiendo chispas de un rojo magnético. Sole posicionó la mano en la cara de un soldado cualquiera, que defendía la custodia del edificio. Su rostro ardió cual sol llameante, sin dejar de producir aquellas chispas eléctricas que la castaña era capaz de emitir sin quemarse al contacto con su piel.
El hombre cayó rendido al suelo después de retorcerse de dolor. Louis contempló la carne quemada del rostro de aquel sujeto. Lo rojo burbujeante de su piel ardiendo le dio entender al chico que esto no tenía cura que no dejara cicatriz. Fue cuando Sole le atravesó el estómago con una vara rojo carmesí que surgió de su otra mano.
Aquel soldado cayó muerto a los ojos de Louis, quien miró a Sole constipado y pese a esto, Sole no se sentía satisfecha.
Tres soldados corrieron directo a la chica y esta esquivó a los primeros dos, culminando a torcer su mano y reventando la cabeza de este último. Los alaridos de los otros dos fueron intensos. Louis estaba petrificado, pero su compañera no se contuvo ni un poco.
El tercer sujeto dio mucha pelea, pero pasado el minuto, Louis sintió que Sole se estaba conteniendo con tal de verlo sufrir más de la cuenta. Era cierto.
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The War [Corregida]
FantasyLa humanidad se ve amenazada con la existencia de supuestos humanos con habilidades sobrenaturales, dando pie a disputas que dividen a todos en dos bandos. Bandos que se verán enfrentados en una guerra a sangre fría, en donde quien gana, vive, y qui...