KazumiEstaba sentada sobre un alto árbol de la montaña en la que me encontraba, contemplando el lindo amanecer que el cielo me regalaba, sintiendo la fría pero suave brisa abrazar mi piel y empujar mi cabello, mientras que mis fosas nasales al inhalar ese fresco y puro aire parecían congelarse, pero no me importaba, ya estaba acostumbrada al frío, no me molestaba, al contrario, me sentía bien cuando recibía frío, pero sentir el caliente sol sobre mi, aveces es muy necesario y reconfortante. Mi cuervo, Shoku, estaba descansado sobre una rama más alta que yo, el silencio invadía el lugar y el momento, era un silencio cómodo, lo único que se escuchaba era el ululeo de la brisa y el movimiento de los árboles y las plantas del lugar. Después de unas cuantas horas de estar ambos viendo embobados el precioso amanecer, Shoku rompe aquel bello silencio, con una de sus repetidas frases.
-Tengo hambre -me dijo el emplumado, volteando hacia abajo para verme.
-Shoku, comiste hace poco, no puede ser posible que me digas esto - dije con un atisbo de incredulidad, mi mirada seguía perdida en aquellas hermosas tonalidades rosadas y naranjas que pintaban el cielo.
- ¡Eso fue en la noche! Me compraste semillas después de matar a ese demonio, fue hace una eternidad, ¡Me vas a matar de hambre mujer! Por eso estoy tan delgado- Exclamó molesto el pájaro, yo puse los ojos en blanco mientras unas cuantas risas escapaban de mí.
- ¿Hablas en serio Shoku? ¿Tú? ¿Delgado? ¿Te has visto en un espejo? La mitad de mi salario lo uso para comprarte tus semillas de girasol, porque no eres un pájaro normal y solo comes cosas finas -Dije mientras subía mi mirada hacia arriba e inclinaba mi cabeza para verlo, Shoku voló hasta mi hombro y se quedó ahí.
-¿¡Cómo te atreves a decirme eso?! ¡Estoy en perfecta forma! Así es como empiezan las inseguridades en los cuervos, aunque yo no tengo, soy perfecto y lo sabes-Dijo mientras le daba una acicalada a sus plumas, su voz estaba llena de orgullo y ego.
- Así es Shoku, eres perfecto tal y como eres- Respondí mientras le sonreía y luego comencé a acariciarlo.
- ¿No teníamos que hacer algo?- Me dijo, comencé a recordar cosas que debía hacer, soy muy olvidadiza.
- ¡El patrón! ¡Van a pensar que estoy muerta!- Espeté mientras de un salto bajé del árbol y comencé a correr, por suerte soy bastante rápida. Siempre, después de derrotar a cualquier demonio los pilares debemos volver a la mansión del patrón, asegurándole que seguimos vivos y no nos ha matado ningún demonio.
Estaba corriendo como si de eso dependiese mi vida en este momento, sentía el viento golpeándome fuertemente mientras corría, daba grandes saltos para impulsarme aún más y llegar lo más pronto posible, ya que hace unas seis horas había vencido fácilmente a ese demonio, pero, al quedarme hablando con mi cuervo y observando el resto de la noche y el comienzo del amanecer todo se había desvanecido de mi mente, me había olvidado de todo y todos, por lo tanto, perfectamente podrían haber pensado que estaba muerta. Mientras estaba concentrada corriendo una voz me interrumpió, así es, era Shoku, otra vez.
- ¡Debes apurarte si quieres que piensen que aún sigues viva!- Me gritó el cuervo desde arriba mientras volaba con suma velocidad.
- ¡¿Acaso crees que no me di cuenta?!- Grité mientras mi ceño se fruncía, Shoku se burló y siguió volando, lo ignoré y volví a concentrarme en correr.
Unos cuantos minutos después de correr, correr, correr y correr Shoku comenzó a dirigirme hacia la mansión del patrón desde arriba, a pesar de llevar mucho tiempo siendo pilar, aún no me había aprendido el camino hacia la mansión del patrón, era bastante confusa y con muchos atajos y cambios de ruta, aveces me aturdía. Recuerdo que las primeras veces que intenté aprenderme aquel confuso camino, me perdía por todos lados y terminaba enojada y maldiciendo todo mientras me sentaba debajo de un árbol hasta que se me pasara el enojo. Después de que Shoku me dijera las instrucciones para poder llegar a la mansión, finalmente estaba al frente de mi destino. Estaba parada frente a la gran barrera que no dejaba ver nada por dentro y era la entrada a la mansión del patrón, después de unas cuantas respiraciones para controlar lo agitada que estaba pude mejorar mi forma de respirar y volver a la normalidad, sin pensarlo dos veces toqué el portón, unos segundos después se abrieron las dos grandes puertas y detrás estaban dos Kakushi, quienes me abrieron. Al verme, aquellos dos se inclinaron inmediatamente, en señal de respeto.
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𝓑𝓾𝓽 𝓲 𝓵𝓸𝓿𝓮 𝔂𝓸𝓾, 𝓖𝓲𝔂𝓾𝓾. || Giyuu Tomioka x Oc
RomansaNi idea la verdad, me la inventé cuando estaba aburrida, ustedes disfruten :p