No seas raro, se dice Sunoo a sí mismo. No va a ser raro.
Levanta la mano para llamar a la puerta, se detiene. Los demás ya están aquí; ha visto los pares familiares de zapatos junto a la entrada del dormitorio de Heeseung.
Todos están aquí. Los zapatos de Sunghoon volcados por el peso de los de Jake.
Toca la puerta. Hay ruido detrás de la puerta, voces, risas, música, y el sonido de alguien apresurándose a abrir. Es Heeseung quien lo hace, quien le sonríe a Sunoo como si nada hubiera pasado, como si no fuera él quien atrapó a Sunoo con la lengua en la boca de su mejor amigo hace cuatro días, y no es nada raro.
No es raro, no seas raro.
—¡Sunoo!— dice Heeseung y lo arrastra adentro. Sunoo no puede evitar sonreír también, porque ¿cómo no podría hacerlo? Heeseung, tan cálido y más amable de lo que esperarías, uno de los mejores amigos que podrías tener en el mundo. Sunoo realmente los ama a todos demasiado—. Casi llegas tarde para el ramen.
Los demás están esparcidos por toda la cocina/sala de estar, en las dos sillas altas de la barra, en el sofá desgastado, en cojines en el suelo. Hay una enorme olla humeante en la estufa y Niki está llenando vasos desechables con comida para todos porque ninguno de ellos, excepto Jungwon, tiene suficientes platos para siete personas. La música se reproduce desde el altavoz Bluetooth de Heeseung, una lista de reproducción genérica de Spotify que solo distorsiona cualquier otro ruido en la habitación.
Sunghoon está sentado en el suelo, piernas largas cruzadas debajo de la mesa. Levanta la mirada cuando Heeseung patea la puerta para cerrarla y sus miradas se encuentran, solo por un segundo, pero es suficiente para disparar calor a través del pecho de Sunoo.
¿Es vergüenza? ¿Es arrepentimiento? Sunghoon está sentado justo al otro lado de la habitación, pero nunca se ha sentido tan lejos.
Sunoo aparta la mirada primero. En cambio, saluda a Niki y se aferra a su hombro, sonríe ante su risa familiar y su lucha a medias por sacárselo de encima. Para cuando todos se han acomodado en la mesa, apretujados y bromeando como siempre, Sunoo casi se siente lo suficientemente normal como para comer.
Casi.
El cuello de Sunoo arde. Es consciente de que cada persona en esta habitación sabe que se acostó con Sunghoon. Que dos de estas personas lo vieron besando a Sunghoon cuando no se suponía que pasara. Es consciente de que todos están pretendiendo en este momento que nada de eso ocurrió.
Para Sunoo es inútil pretender porque no hay un solo segundo en su día en que no piense en ello. En Sunghoon y en cómo solía besar a Sunoo y en cómo se sentía escuchar la velocidad de su propio corazón, acelerado solo por la risa de Sunghoon. Porque Sunghoon es maravilloso cuando se ríe y es maravilloso cuando no lo hace y es maravilloso, punto. Sunoo no puede olvidar y no puede pretender, y es tan malditamente difícil sentarse en esta mesa con las personas que más le agradan, tener que apretar los dientes después de cada bocado porque se siente tan abrumado que apenas puede tragar su comida, sintiendo como si su corazón fuera a salirse por su garganta.
Ya se ha acabado. Nunca volverá a besar a Sunghoon de nuevo.
Sunoo se excusa para ir al baño. Es lo suficientemente fácil y nadie se inmuta. En el baño de Heeseung, Sunoo deja que el agua fría corra sobre sus muñecas como si eso fuera a arreglar algo.
Hay un suave golpe en la puerta.
—Está ocupado— dice Sunoo.
—Déjame entrar— dice Jay desde el otro lado.
Sunoo suspira. No puede fingir. Gira la cerradura y deja que Jay entre. El baño es pequeño para empezar, pero se siente aún más pequeño con ambos dentro. Sunoo apoya la espalda contra las frías baldosas.
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High Alone ⪼ SunSun
Fanfiction⪼ Sunoo se acuesta con uno de sus mejores amigos y de alguna manera no puede dejar de hacerlo. 『ADAPTACIÓN』 Créditos a su respectivo autor/a en ao3.