Invitado inesperado

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Cuando la mañana llegó, Levi decidió quedarse un poco más de tiempo en la cama con su amante. Repasaba por el torso de Eren cada uno de sus finos músculos, en verdad le gustaba mucho su novio y deseaba que su madre lo conociera pronto.

Pero no estaba seguro de cómo reaccionaría su madre al ver a su pareja, ya que desconocía muchas cosas del pasado de su madre delta. De lo único que estaba seguro era que se casó con su padre alfa no por decisión propia sino por coerción.

-Buenos días, mi cielo-Eran los ojos turquesa de su novio los más lindos del universo.

Para Levi era una carga pesada pensar que no tendría hijos con ese hombre, le dolía el corazón cada vez que pensaba en lo lindos que serían sus hijos y en las limitaciones que sufriría Eren si seguía a su lado.

-Mocoso, ¿Te gustaría conocer las tierras?-Ser egoísta por un momento no era demasiado descabellado.

-¡En serio!-Eren no era fanático del campo, pero le gustaba demasiado la idea de pasar tiempo de calidad con su novio.

Seguro Hanji comprendería que pasar tiempo con Levi era la prioridad principal para la vida del pelicastaño beta.

-Sí, de todos modos debo atender varios asuntos en la hacienda y no puedo dejarte solo-Levi fue directamente a la ducha.

Eren miró desde la cama a su pareja, la cara de bobo que en ese momento tenía era todo un monumento a la pasión y el desbordante deseo que dentro del joven beta yacían.

Al cabo de unos minutos, tanto Eren como Levi salieron de la habitación y directamente fueron hasta el comedor en donde Mikasa estaba almorzando. La aguda mirada de la mujer alfa estaba fija en Eren, le gustaba demasiado ese chico y deseaba tenerlo para ella.

-¿Se te perdió algo?-La relación entre los mellizos era mala, todos los empleados estaban al tanto de que Mikasa era una mujer que se excedía al hacer las cosas y que el único que la frenaba era su hermano.

-De pronto la comida sabe mal-La hostilidad con la que Mikasa miraba a Levi no fue pasada por alto-Ahora entiendo el por qué, tu aroma a mediocridad es lo que afecta mi ánimo por las mañanas y me da nauseas.

Tomo una servilleta de tela y con ella limpio sus labios. Eren miro a esa mujer, le desagrado desde el primer momento en que la vio y en aquellos ojos turquesa que por lo general demostraban mucha ternura, se reflejó un halo de malicia.

-¡Oh! Debe ser tu asqueroso aroma porque seguro no te has bañado aun-Levi ataco a su melliza-Seguro te lo pasaste revolcándote con uno de tus amantes y por eso te duele el estomago ¿Sabes? No debes dejar que te tomen por el culo y se vengan dentro o te dará diarrea.

-¿Lo dices por experiencia propia?-La servidumbre estaba tranquila, era normal que esos dos se pelaran a penas al verse.

-Lo digo por la mierda que te escurre y se ve hasta aquí-Mikasa enfadada se levantó.

-¡Como te atreves a hablarme así!-Fue hasta donde estaba su mellizo, alzando la mano.

Levi no era una persona débil, tenía mucha fuerza pero desgraciadamente su hermana lo superaba un poco cuando se enfurecía y liberaba sus feromonas pues de esa manera lo controlaba un poco.

-Ni se te ocurra-Pero cuando Mikasa levantó la mano con toda la intención de darle una bofetada a su mellizo, Eren la sujetó con tanta fuerza que inclusive la alzo unos centímetros del suelo.

Quienes estaban presentes no lograban entender lo que pasaba, aquel jovencito sin mucho esfuerzo alzaba a su jefa como si fuera una muñeca de trapo.

No fueron los únicos desconcertados, Levi y su melliza miraron a Eren con gran sorpresa. Especialmente el jovencito de cabellera azabache porque su novio generalmente era una persona gentil y con gran carisma, incapaz de matar si quiera a una mosca.

Sing me before to sleepDonde viven las historias. Descúbrelo ahora