Cheng Xiaoshi pierde la memoria

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Era un precioso día de primera: el cielo estaba intensamente azul, el aire arrullaba cálidamente, las flores decoraban de colores amarillo y rosa el paisaje, y el verde los arboles atraía todo tipo de aves al campus de la Universidad de Hong Kong, lugar que sería testigo de una juvenil declaración de amor.

En un ala abandonada del edificio, un chico muy apuesto, alto, delgado, de cabello blanco y ojos grises esperaba impaciente a su mejor amigo. Las manos le sudaban, el corazón le latía apresurado, ensayaba en su cabeza una y otra vez las palabras que debía decir, todo este sin contar que el estómago le cosquilleaba tanto que parecía que tenía un millón de mariposas dentro...

Miró el reloj: 10:05 a.m. ¿Por qué se tardaba tanto?

—¡Buenas! —lo saludaron alegremente desde el comienzo del pasillo. Era Cheng Xiaoshi, la persona a la que había citado.

"Por fin esta aquí"

Cheng era su compañero de clases y mejor amigo desde hacía unos años. Al verlo caminar hacia él, una sensación se apoderó de su cuerpo repentinamente: ahora que lo veía viniendo desde el inicio del pasillo hasta donde estaba, dudaba de lo que iba a hacer.

¿Valdría la pena perder la amistad? Bueno, si le correspondía no iba a perder nada...

Se rascó la cabeza, nervioso. 

—H-hola—le respondió.

La personalidad de Cheng Xiaoshi era tranquila y juguetona, el muchacho venía caminando alegre y sonreído, mientras que el peliblanco que lo esperaba estaba que se desmayaba de un infarto.

—¿Qué sucedió, Lu Guang? ¿Por qué me citaste aquí? —le preguntó el chico mirándolo a través de sus bonitos ojos marrones.

Cheng tenía los ojos cafés y el cabello oscuro, también era de piel pálida y tenía casi la misma altura y contextura que Lu. Además, ambos tenían prácticamente la misma edad: estaban en sus tempranos veintes.

Lu Guang se había sentido atraído por él desde el día que lo conoció. Más que por su evidente belleza, fue por su personalidad ingenua y transparente. A medida que pasaba el tiempo, Lu iba descubriendo más atributos de Cheng. Sabía que no era perfecto (porque nadie lo es) pero para él estaba muy cerca de serlo. Además, sospechaba que lo que él sentía podía ser mutuo, no por nada era un joven bastante inteligente y calculador.

—Tengo que decirte algo.

¿Cómo expresarle lo que sentía? ¡Demonios! Lo había ensayado tantas veces en su cabeza y ahora no le salían las palabras. Pero tenía prisa, pronto sería la graduación y posiblemente Cheng se iría a hacer una maestría en otro sitio.

La ansiedad no le permitía esperar un día más.

"Tranquilízate, es tu mejor amigo, nadie te conoce como él. Te va a entender", se dijo para sus adentros mientras que se acercó a Cheng sujetándolo por los hombros con ambas manos. Un pequeño rubor apareció en el rostro del pelinegro.

Respiró profundo. Las palabras salieron lentamente de su boca, pero traían consigo un dejo de angustia: 

—Cheng Xiaoshi, te amo.

—¿Ah? ¿Es una broma, Lu Guang? —respondió el otro con los ojos muy abiertos y ahora totalmente ruborizado.

—No...—el chico tomó aire de nuevo—te quiero desde que te conocí.

Cheng no dijo nada, pero en sus ojos brillosos, Lu Guang pudo leer muchas cosas.

—Y... por favor quiero pedirte que comencemos a salir como algo más que amigos, si así lo deseas—continuó el peliblanco—, no tienes que responderme ahora, piénsalo. 

ShiGuang ♥ Varias historias ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora