ShiGuang ♥ Varias historias ♥

Adivina quién soy

Era la última hora de la tarde y él caminaba entre los pasillos más recónditos de la biblioteca de la universidad, buscando un viejo –pero importante- libro de economía antigua que necesitaba para un taller que estaba por presentar la próxima semana, cuando una mano grande y de tacto firme se posó velozmente sobre él, tapando por completo la visión de sus ojos cafés. La otra mano de aquella persona, se escurría dentro de su chaqueta acariciándole la parte alta del torso.

—Adivina... ¿Quién soy? —le preguntó delicadamente al oído la más familiar de las voces. El aire caliente de la boca del otro chico posándose sobre el lóbulo de su oreja le puso la piel de gallina. Un cosquilleo se hizo presente en su estómago.

—Hmm, ¿quién podrá ser? —respondió Cheng Xiaoshi con una sonrisita traviesa. Esto era tremendamente divertido, habían acordado que sus jueguitos serían en privado pero que su novio lo haya tomado por sorpresa en la biblioteca... era excitante. No había otra palabra para describirlo.

Los labios finos de Lu Guang le dieron pequeños besitos en la parte posterior de la oreja mientras le preguntaba: —¿ya te olvidaste de mi nombre?

—¡Tsk! —chasqueó la lengua divertido, como si realmente lo estaba recordando— Lo tengo en la punta de la lengua...

—Otra cosa vas a tener en la punta de la lengua.

El de los cabellos negros soltó una risita nerviosa, Lu Guang sí que era atrevido cuando entraba en el papel. No quiso desaprovechar la oportunidad de manosear a su novio en la biblioteca, así que colocó una de sus manos encima de la que le cubría el rostro mientras respondía con voz "inocente": —Tengo que tocar para poder acordarme.

Acto seguido, recorrió suavemente con la yema de sus dedos la muñeca de Lu Guang, pasando por el antebrazo, el codo, el bíceps... ahí se detuvo un momento para apretar suavemente.

—¿Ya te acordaste?

—Nop.

Subió un poco más allá la mano y sintió lo suave del cuello de su novio. Sonrió en silencio al recordar que justo allí, Lu Guang, tiene un delicioso lunar que puede besar todas las noches...

Hasta donde le alcanzó la elasticidad de su brazo, subió más y acarició el sedoso cabello blanco que tenía el chico, sus dedos traviesos halaron un pequeño mechón.

—Hmm, con que te quieres poner juguetón— le dijo Lu Guang apretándolo hacia sí.

—Estoy adivinando quién eres...

Pasos que venían de los estantes cercanos se dejaron escuchar, se quedaron quietos, sin respirar siquiera. Joder, esto era tremendamente divertido.

Cheng Xiaoshi continuó con el toqueteo llegando a los labios de su amado, los que acarició con la yema de los dedos, pensaba jugar un poco con ellos sintiendo humedad y suave textura de estos. Pero, la adrenalina del momento tenía a Lu Guang con la excitación por las nubes, el otro sintió el bulto en su espalda.

—¿Quién soy? —le preguntó con voz más demandante y metiéndole la mano por debajo de la franela. Esta vez fue el de los ojos grises quien aprovechó para manosear al otro, tocándole los abdominales y los pectorales a Cheng con rapidez, rozando sus tetillas.

—¡Lu Guang! Estamos en la bibliot...

—Ya ves que sí te acordabas de mi nombre—le decía entre caricias y besos acalorados, en un segundo lo había volteado y el pelinegro ni cuenta se dio.

Los dos se echaron a reír entre el montón de libros, cuando alguna persona desde el otro pasillo los chistó.

—¡Shhh!

Ambos cubrieron sus bocas y se miraron a los ojos, divertidos. El libro de economía antigua podía esperar a mañana, era hora de continuar el juego, pero en casa.