VERDADES

44 4 0
                                    

.
.
.
.



Estoy furiosa, conmigo misma, con el mundo sobre todo con el maldito de Josué, está mañana desperté, tratando de sacar de mi cabeza lo que pasó con Gustavo, de no ser por esa llamada, quizá…o no, no lo sé, quizá solo fue un momento pero me sentí genial, viva, deseada, que él también sienta deseo hacia a mi, mierda, sus manos, y no seré mojigata al pensar que su pene no es demasiado grande, le hace honor a su cuerpo. aunque quizá solo fue un momento de calentura que debo dejar atrás.

La llamada de Rubens solo confirmo lo que ya me había dicho Gustavo, la “excursión” no es más que días en los que follan con quién quieren y se embriagan a más no poder, él parece que consiguió alguien nuevo por qué por las fotos estuvo al lado de una rubia toda la noche, quizá en algún punto esto me dolería, pero ya no importa, y no sé porqué, pero ni siquiera puedo concentrarme lo único que pasa por mi mente es Gustavo.
Necesito que esto termine rápido, una vez que sepa que es lo que de verdad quiere hacer Josué, lo puedo exponer, dejarlo en la miseria, piensa que no lo sé, pero veo que él quiere quedarse con todo, no le bastan las mentiras, los engaños, Mile y Martin también a todos, los quiero de rodillas, pero necesito más pruebas.

Hago el mismo recorrido en los restaurantes, llené papeles, recibí distribuidores.

Llegué al restaurante de Zona norte, no sabía pero al parecer Marina había cambiado su turno con con otra empleada, ella se ve que está discutiendo o algo parecido con elizabeth, la cual lleva años aquí, me voy acercando para poder escuchar la disputa…

-¿No sabes callarte? Tienes que entender que aquí la manda soy yo, si te digo que no quiero que sirvas platos de Aliana, pues no los sirves, ya te di el menú de hoy.
-Pero a la señora no le va a gustar, ella misma organiza y envía los platos del día, cuando no viene en persona a organizar, quiza…
-¡que te calles!, tienes dos opciones o empiezas a hacer lo que te ordenó, o te vas a la calle.

Yo no puedo creer lo que estoy escuchando, toda la sangre de mi cuerpo parece que fue a mi cabeza,  ¿quien carajo le dió el permiso de tratar así a los empleados? menos a ella que tiene años de experiencia trabajando conmigo, el respeto hacia el personal es primordial, son compañeros.

-Espera- le digo a elizabeth mientras está yendo a cumplir la orden, ambas voltean y la cara marina, es lo mejor, es una tabla de colores- -¿Explicaciones?

Ambas guardan silencio y veo a Marina amenazando con la mirada a elizabeth.

-Hablen por favor, al menos di algo tú Marina, hace unos segundos parecía que tenías mucho que decir, así que escucho.

-Yo le dije que había que cambiar el menú, por qué Josué me dijo Ali, y está no quería obed…

-Cállate, por favor, primero, no te di confianza para que me tutees, segundo está tiene nombre, se llama elizabeth y lleva más trayecto conmigo, así que si alguien tiene que “obedecer” serías tú.

-abre la boca para reclamar.

-antes de hablar, si Josué no está y en MÍ restaurante no queda nadie de encargado es por qué así lo decidí yo, no me importa que puesto crees que tengas tú ¿O tienes algo pará creerte más que los demás?
   Mucho menos amenazar con echar a alguien ¿Quien te crees?

Estoy siendo hiriente, pero estoy lo más calmada que puedo, mi voz está normal y la miro fijo, ella cada tanto desvía la mirada, quiere ocultar lo que yo ya sé.

-Responde Marina, tienes algún poder especial en este lugar, o que sucede.

-No, y no va a volver a pasar, discúlpeme.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 07 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

°CAZADORA°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora