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Los omegas se subieron a la camioneta, está era demaciado espaciosa para todos ellos, ahora la duda les carcomía, ¿Quién es ella?, ¿Qué quiere de ellos?, ¿Por qué los compro?, muchas dudas pasaban por sus cabezas.
Gyomei se subió con ellos, mientras T/n iba a agarrar otro rumbo, pues los negocios no se manejan solos, o ¿Si?, estos iniciaron sus rumbos T/n antes de irse le dió unas cuantas oredenes a Gyomei.
Los omegas se sentían intimidados por el beta, aún qué fuera beta tenía una gran masa muscular, o sea sus músculos.
Hasta qué un omega, se atrevió a hablar el más rebelde de todos, era de esperarse.
—Oye tú, ¿Ah dónde carajos nos llevan?.—Pregunto un omega albino, este tenía pelo blanco, y una qué otra cicatriz.
—A la casa de la señorita T/n, ¿Por qué la pregunta?, claro si se puede saber.—Dijo Gyomei cambiando el ambiente, de uno incómodo a otro más suave.
—Nadamás pura curiosidad.
—Oh, ya veo, bueno, ¿Tienen hambre?.
—¿Q-quien nosotros?.-Esta vez pregunto una chica con un exelente cuerpo, su cabello era de color rosa con puntas verdes.
—Si ustedes, entonces si?.
Todos se limitaron nomás asentir con la cabeza..
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Al llegar se quedaron boquiabiertos con semejante mansión, qué digo mansión, esto era una abominación, los patios con fuentes cada uno, no falban los árboles bien cortados, la fachada de la mansión era muy pero muy elegante.
—Adelante pasen.
Dijo Gyomei, estos con mucho cuidado de no caerse entraron, al entrar todo estaba perfectamente acomodado, limpiando, ect.. Tú nana llegó, viendo a los omegas, éstos a su parecer estaban bien flacuchos, y le faltaba un baño.
—Gyomei-san, ¿Me podría llevar a los omegas un momento?.
Cómo era tu Nana no se le podía negar nada, absolutamente nada, qué consentida la tenías.
—Claro.
Está llamo a otra mucama, le dió ordenes de que preparan mucha comida, puesto qué ella haría ganar peso a los pobres omegas..
Pasaron los minutos, las horas, y tú nana todavía no termina pues que tanto les estaba haciendo?, se pregunto Gyomei, al estar sentado en la pequeña sala del comedor vio a las mucamas poner las mesa, ¿Acaso T/n-san iba a comer aquí?, normalmente siempre comes afuera, su vista se dirigió hasta las escaleras, los omegas ya bajaban bien bañados y bien vestidos.
—Bien ahora qué ya están bañandos, ya pueden comer!.—Dijo tu nana, muy emocionada.
Estos no protestaron, y empezaron a comer, aún que no iban a negar que los platillos, eran muchos para ellos, pero tú Nana dijo qué quién no se acabé eso no se levanta de la mesa.
Los omegas muy apenas se pudieron acabar todos, se sentían más llenos qué nunca, tu nana sonrió alegremente.
—Bien ahora sigue el postre!.
Al decir esto los omegas se quedaron sorprendidos, y unos asta se espantaron, por suerte llegaste tú, tus feromonas llenaron la habitación en un milisegundo.
—Oh?, Hola nana, ¿Qué tal te va?.-preguntaste con tu vos calmada y alegre.
—Bien, me dí cuenta qué trajiste a estos omegas, y como los ví muy desnutridos, les dí de comer, oh, ¿Quieres comer mi niña?.
Todos los omegas se sorprendieron ante el trato que le deba, la señora a la señora de esta casa, no debía llamarla por su nombre?.
—Claro nana.
T/n se sentó en la silla qué indicaba qué ella era la alfa de esta casa, los omegas se sentían un poco incómodos, y eso T/n lo pudo sentir.
Tu no dijiste nada, tan solo esperabas tu comida, y mientras trabajabas.
¿Será difícil ocultar sus emociones?, ¿Lo será?, ¿Los sentimientos crecen?, No lo creo o ¿Si?, ¿Estás dispuesta a dar todo por ellos?, ¿Por qué no?, ¿Miedos?, ¿Inquietud?, Ya lo veremos...
