𝗠𝗶𝘀𝗲𝗿𝗶𝗰𝗼𝗿𝗱𝗶𝗮.

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Ver toda Alexandría prepararse para una maldita guerra fue algo que nunca pensé ver.

Desde la ventana de mi habitación podía ver a todas estas personas alistarse, caminar de un lado a otro y darse órdenes entre todos, caminaban con todo tipo de armas y materiales que necesitarían para hacerle un tipo de armadura a los carros.

Carl daba órdenes, Rick daba órdenes, Daryl daba órdenes, Rosita estaba molesta y probablemente pensaba en las mil y un maneras de asesinarme por lo de Sasha y Eugene, Michonne recorría el lugar intentando en ayudar lo más posible, no estaba muy bien después de la pelea que dió con aquella mujer en aquel balcón, Judith correteaba por enfrente de la casa de Rick, ajena a todo lo que pasaba mientras que ella se divertía.

Yo estos últimos días estuve encerrada en mi habitación, pensando, formulando y imaginando como sería cuando vaya por Isaac y Perro, porque si, iré por ellos, sin importar lo mucho que Rick y Daryl lo niegue.

Solo salía de mi habitación cuando tenía un ridículo antojo o me cambiaba de habitación para dormir y ir a la de Dereck.. donde me quedaba viendo todo lo que tenía cerca y llorar porque me recuerda a él, esa habitación nunca cambiará, se quedará así, siempre.

Una mueca llena de dolor se hizo paso en mi cara y cerré las cortinas de forma en cuanto los ojos de Daryl se conectaron con los míos, di unos pasos leves hacía atrás y baje mi mirada, tenía que acercarme, pero no puedo..

Él siempre hacia eso, buscaba algún momento del día, antes de entrar a casa, se quedaba afuera y esperaba fuera de ella, mirando directamente a la ventana esperando verme.

Me daban ganas de casa, correr a él, abrazarlo, ponerme de rodillas y disculparme por lo estúpida que estaba siendo. Pero no podía hacer eso, él me lo perdonaría fácil, me lo dejaba en claro todas las mañana antes de salir de casa, él tocaba la puerta y intentaba entrar para hablar conmigo. Él no merecía nada de esto, pero yo tampoco merecía su perdón, si él no me castigaba de alguna forma, yo lo haría por él, yo me castigaría por todos los errores que cometí allí dentro.

Me senté sobre el colchón que Rick había traído para mi, sin esperar mucho mi cabeza se centró en una sola cosa, otra vez.

Todo comenzaría mañana y yo tenía que estar ahí, el problema era que no sabía como comenzar una conversación con Rick, tenerlo cerca me daban ganas de dispararme justo en la cabeza.. a él le falle más que a todos.

Me había pasado pensando toda la mañana en como hablar con Rick y pedirle que me deje ir a pelear junto a ellos, necesitaba ir allí, sacar a Isaac y a Perro de lo que sería un campo de batalla por el momento, no me perdonaría si algo les pasa.

Tomé unas últimas respiraciones antes de ponerme en pie y con decisión salir del cuarto.

La casa estaba en completo silencio, no risas, no llantos, no un Daryl quejándose porque Dereck se comió todo el cereal, no mis regaños murmurados porque Carl, Daryl y Dereck entraron a la casa con los zapatos llenos de lodo, nada de esa felicidad que ejercía antes de toda esta mierda.

Salí de la casa a paso nervioso mirando con atención como Judith dibujaba sobre el pavimento, sonreí de forma leve y mire a mi alrededor en busca de Rick, no fue muy difícil localizarlo, se encontraba a un lado de la motocicleta de Daryl.

Genial.

Solté un suspiro pesado, me di ánimos mentales y sin esperar mucho comencé a caminar hacía ellos, cuando estuve lo suficientemente cerca de ellos fue inevitable que mi ceño se frunciera al escuchar mi nombre.

—¿Qué cosa conozco? —Pregunté colocándome frente a ellos para luego cruzarme de brazos—.

Ambos me miraron con los ojos más abiertos de lo normal, Rick no tardó en esconder unos papeles arrugados tras su espalda, lo mire con confusión antes de posar mi mirada en Daryl, este golpeo el hombro de Rick y lo miro de forma extraña antes de que mi falso progenitor soltara un suspiro pesado y estirara las hojas hacía mi de mala gana.

𝗔𝗙𝗧𝗘𝗥: 𝗲𝗻 𝗺𝗶𝗹 𝗽𝗲𝗱𝗮𝘇𝗼𝘀. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora