La tormenta.

26 3 0
                                        

AFTER: en mil pedazos. ‼️

Todo el Reino mantenía su pasó lento pero seguro.

Una fuga en el lugar había obligado a Ezequiel tomar la decisión de pedir ayuda y con ello, un hogar para su gente.

Mi comunidad y Hilltop nos ofrecimos, no dejaríamos en estás condiciones a nuestros amigos.

Desde la noche anterior ya había partido al Reino para ayudarlos, era lo menos que podía hacer.

Lydia caminaba a unos cuantos pasos frente a mi, con su cabeza gacha y sin animos notables, no sabía que hacer o que decir, entendía su dolor.

-Nadie se pone de acuerdo en que hacer ahora y el consejo no ha tomado ninguna decisión en cuanto a la seguridad. -Michonne hablo-.

-Siguen muy afectados. -Miko intento justificar- Por lo de Jesús, Tara y los demás.

-Y no hay noticias de Maggie. -Añadí-.

-Le enviaron otra carta. -Miko mencionó- No hubo respuesta.

Michonne suspiro.

La ayuda de Maggie en estos momentos era crucial, ella y su gente podían volver y mantenerse en Hilltop, pero sin respuesta de ella, hacía todo mucho más difícil.

Con atención, mi mirada y la de los demás iba fija a un caminante solitario.

Ya no podíamos confiar, no sabíamos si eran los susurradores, quienes nos cuidaban de cerca para no cruzar los límites acordados o si en serio era un muerto.

En cuestión de segundos, más muertos se le unían a aquella figura que con certeza no sabíamos si era un vivo o muerto.

-¿Son ellos? -Alden, quién cabalgaba a un lado de Lydia, le pregunto- Ahora nos vigilan, eh.

Lydia, sin decir nada, lo miro con atención.

-Seguimos sus reglas. -Alden prosiguió- ¿No hicieron suficiente ya?

-¡Hey! -Grite llamando la atención de Alden- Déjala en paz.

Él movió su cabeza, para segundos después, mirar con despreció a Lydia y seguir su camino.

-No tienes que protegerme. -Lydia murmuró- Sé lo que siente.

-No. -Negué- No tiene porqué tratarte así.

-No quiero causarles más problemas. -Lydia bajo su mirada-.

La mire durante unos segundos antes de hablar.

-Problema de ellos. -Intente convencerla de que no hacía nada mal- No tuyo.

Lydia negó levemente, antes de acelerar su pasó, para que luego, en cuestión de unos minutos, Carol estuviera caminando a mi lado.

Ella no apartaba su mirada de Lydia, la miraba con atención, no con despreció, pero si con dolor.

Mientras más caminábamos, más veíamos, más frío sentíamos y más rápido se perdía el poco sol que había.

Algunos muertos congelados nos gruñían en el camino, pero no podían hacer nada más que vernos.

-Henry la acepto aquí, cuando nadie lo hizo. -Le murmuré a Carol- Es una buena chica.

-Cada vez que la miro no dejo de verlo a él. -Carol susurro-.

Con atención mire el cielo, era lo mismo que yo sentía cada vez que miraba a Leah, no paraba de ver a Daryl en sus bellos ojitos.

-¿A quién ves cuando me miras? -Pregunte con curiosidad-.

Carol paso de ver a Lydia, a verme a mí con atención.

𝗔𝗙𝗧𝗘𝗥: 𝗲𝗻 𝗺𝗶𝗹 𝗽𝗲𝗱𝗮𝘇𝗼𝘀. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora