El cómo todas las tardes regaba las flores del jardín, pasaba un cepillo para quitar un poco el polvo, se ponía un traje elegante, se tomaba un café y luego salía y dejaba con llave la casa.
En cuanto le tocaba pasar por el camino hacia el hospital, pasaba por un puesto de rosas, compro una rosa roja y siguió su camino hacia su destino. Paso 5 calles y puestos de flores y por fin, llegó a su destino, al hospital donde estaba su amada. En cuanto llego y abrió la puerta del dormitorio la encontró sentada viendo hacia la ventana, volteo y le sonrió, la miro unos segundos y le devolvió la sonrisa.
Se acerco a ella la beso en la frente y se sentó en la silla que estaba al lado de ella y hablo.
-Hola Marta como has estado?- Pregunto él.
-Bien cariño y tú?- Respondió ella-
-¡Muy bien, pero últimamente me duele la espalda ya sabes la edad... Ah! Y regué tus flores antes de salir- Dijo mientras le tomaba la mano.
Ella sonrió y dijo:
-Gracias, sabes que adoro las flores, y por cierto la rosa es preciosa...- Dijo mientras la olía.
-Sabes que significa la rosa roja?- Pregunto él.
-Mmm no, que significa?- Respondió ella.
-Amor, pasión y respeto, lo que siento por ti-
-Julio...-
-Si?-
-Creo que ya llego el momento...- Dijo ella casi en un susurro.
El la miro con una sonrisa triste.
-Tráeme rosas rojas... Sabes que me encantan- Dijo mientras le tomaba la mano con más fuerza.
Poco a poco cerraba los ojos, hasta que los cerro por completo, así como la razón de vivir de ese hombre.
-Te amo Marta...- Dijo mientras una lagrima resbalaba por su mejilla, se paró de la silla, se dirigió hacia la puerta, volteo para mirar hacia atrás y ver por última vez a la que fue el amor de su vida, su amada Marta...
Desde entonces hay un señor en el cementerio que todas las tardes lleva rosas rojas a la tumba de su amaba mientras espera la hora para reencontrase con ella.
Su amada Marta...