"Ya terminó mi labor, la paga me espera en el gremio, veamos... ¿Que cenaré hoy?"
Un hombre fornido, cabello negro junto a unos ojos marrones (un tono casi oscuro) y de una estatura encima de la media.
Ese hombre era Toji Fushiguro, anteriormente un asesino de chamanes y apostador compulsivo.
"Ohh, vamos. ¿La paga era hoy?" Refunfuño el hombre detrás de la barra, posiblemente un miembro del gremio de aventureros, este poseía un aspecto similar al de un ogro, muy típicos en el continente demoníaco.
"Claro que si, pedazo de imbécil."
Aver, en resumen. Trabajo como socio de un aventurero avaricioso y un cabron, el me da misiones que el debe cumplir, las hago yo, y la paga se divide entre nosotros.
Un trato justo si es que se le puede decir así, obviamente esto queda en entre nosotros, este tipo de negocios es ilegal y podrían terminar matandonos o si tenemos suerte, simplemente revocar nuestras tarjetas de aventureros.
"Bien, bien, solo tómalo y vete. Preferiría no ver tu cara hasta el próximo encargo, Fushiguro."
"Que así sea, hasta luego bicharraco"
Salí del gremio a paso lento, fui por aquel tedioso camino donde yacía mi hogar.
En el camino podía ver a la gente pasar, algunos podía reconocerlos pero no había una gran relación como para interactuar sin estar en una misión, de ves en cuando podías ver a pequeños demonios revoloteando por ahí con los que son probablemente sus amigos o familiares.
Esto ya lo vívi...
Tan cotidiano y aburrido, era como ver una de esas películas viejas de blanco y negro.
Habían pasado 5 años desde que llegué aquí, fue probablemente una coincidencia que antes de mi muerte haya sido transportado a un mundo de fantasía, técnicas malditas, energía maldita, incluso los 3 grandes clanes no existen aquí.
La magia y la energía maldita son tan similares, pero tan distintas.
Cuando llegue a este mundo de seis caras, fui acompañado de alguna manera por... Nana- Nanashi- Nanashima Shizumi, Uhh, definítivamente era una mocosa sin importancia, de igual manera soy malo recordando nombres, Jeje.
En fin, los hechiceros aquí pueden usar el mana de manera sencilla, todos tienen mana, más bien... Todo, tiene mana.
Plantas, piedras, personas y hasta la gente que está muerta.
Intenté hacer magia pero al parecer carecía de mana, por lo tanto no podía usarlo libremente como para hacer hechizos.
La única ventaja que se me otorgó, fue un aumento en mis capacidades, así como una doble restricción celestial, no tiene sentido alguno.
Pero no estoy disgustado, hubiera sido un dolor en el trasero tener que luchar contra monstruos similares a los grado especial del mundo Jujutsu.
Con tutoría de Orsted, el Dios Dragón. Adquirí conocimiento tanto del mundo en el que me encuentro, junto a su idioma y variaciones como el Lenguaje Feral y Demoníaco.
Pasamos por alguna que otra situación alocada, como que todos los presentes atacarán a Orsted por odio y miedo.
Sea un pueblerino o hasta un pobre lobo salvaje, que en su mayoría temblaban de miedo antes de siquiera atacar.
Su maldición realmente es un problema, está hace que todo ser vivo sienta odio hacia el o sea temido, aunque realmente es un buen tipo, el mismo me metió al mundo de la esgrima y enseño sobre éste.
No necesitaba reforzar mi cuerpo con magia o como el lo llama, Touki. Pues ya venía con una gran capacidad física y intuitiva.
Logré bastantes avances en la esgrima, pero ninguna en la magia, me separé de ellos luego de un tiempo y Orsted me encomendaba algunas tareas que realizar, supongo para romper la brecha que hay entre el y Hitogami, su archienemigo en pocas palabras.
-Estado-
Nombre: Toji Fushiguro
Edad: ¿?Títulos:
Rey de la Espada
Emperador del Norte
Santo del Cauce
Energía maldita: 0
Habilidades pasivas:
Bendicion celestial
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Toji en Mushoku Tensei
FanfictionToji Fushiguro es trasladado a otro Mundo, uno mágico y de seis caras.