JUNTAS

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"Eres joven", le dije a ella

mientras limpiaba sus lágrimas.

Le mencioné: "No puedes seguir sufriendo una pena",

pero cada vez, se observaba al espejo con desprecio.


Le pregunté: "¿Por qué estás haciendo esto de nuevo?"

Y ella no contestó.

Su mirada estaba fija y sin saberlo,

se tambaleó por un momento

mientras yacía en un estado de desconcierto.


"No necesitas nada de nadie",

Volví a decirle.

"¿Cómo piensas seguir adelante?,

Estás encasillándote en ese sentimiento",

Volví a alegarle

y con su alma rota, dio un suspiro.


¿Tú qué sabes?, me preguntó.

Solo hablas porque piensas,

¿Cuándo has sentido en verdad?

Sé que intentas ayudar,

Que no me quieres verme mal,

Pero ¡Dios mío!, solo quiero llorar.


Sabía que no podía hacer nada,

toda ella era una especie de tornado de emociones.

Emociones que pueden sanar,

emociones que pueden lastimar.

Quería salvarla una vez más

de ella, porque sabía que era estar cerca de la muerte.

Sabía que podía cometer estupideces.


"No otra vez", pensé.

Estamos aquí otra vez.

Existiendo.

Creyendo.

Buscando ese milagro.

Ese algo.


Le dije, "Lo siento",

"Solo no quiero ver nuestra sonrisa desaparecer de nuevo".

Ella se acostó en la cama,

cerró los ojos después de llorar,

miró hacia su alma.

Ahí estaba yo, a punto de también llorar,

pero me dijo: Hay que empezar juntas de nuevo,

Porque a pesar de todo,te quiero.

BAÚL DE ROSALESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora