En el tranquilo pueblo de Jeonju, el tiempo parecía haberse detenido en 1958. La vida transcurría al ritmo lento de los días soleados y las noches estrelladas. Sin embargo, detrás de la aparente calma, la sociedad estaba sumida en una oscura intolerancia hacia aquellos que desafiaban las normas establecidas.
Jungkook era un talentoso artista con tan solo veintiún años, con un corazón sensible y una mente creativa. Desde muy joven, se había sentido atraído por las formas y los colores del mundo que lo rodeaba, encontrando en el arte un refugio para expresar sus emociones más profundas. Sin embargo, su sensibilidad lo convertía en blanco de burlas y desprecio por parte de sus compañeros y vecinos.
Sus padres desaparecieron cuando comenzó la Guerra y desde entonces trató de vivir como podía y con lo que tenía. Trataba de ganar un poco de dinero ayudando a arreglar las viviendas que aún están destruidas y le alcanzaba para comprar algo de comida.
En ese momento se encontraba sentando en un Banco ubicado en un jardín lleno de margaritas, fue uno de los lugares que logró quedar bastante intacto, algunas estaban marchitas pero siguen siendo hermosas.
Desde que descubrió ese lugar por casualidad no deja de ir para buscar inspiracion para sus dibujos.
Era un lugar solitario a las afueras del pueblo y nadie a demás de él iba a ese lugar, quedó totalmente abandonado. Pero aquello cambió cuando al levantar la mirada se encuentra con un jóven admirando las flores, nunca se imaginó encontrar a alguien en ese lugar y menos en las circunstancias en la que se encontraba el pueblo.
Lo miro con detenimiento en cada facción de su rostro, sus ojos cerrados disfrutando del olor de la flor y admirandola con fascinación, sus labios curvandose logrando una sonrisa y su mandíbula levemente marcada lo hacían lucir hermoso.
El no era abiertamente gay pero no podía disimular al momento de ver a alguien que le parece atractivo. Tampoco es que pudiera serlo en la sociedad en la que se encontraba.
Cuando sus miradas se encontraron el bajó la mirada avergonzado fingiendo dibujar pero levantó la mirada cuando vio unos zapatos desgastados pararse frente a él.
—¿También crees que las flores son hermosas? —preguntó el jóven con una sonrisa en su rostro. El asintió con la cabeza aún en silencio haciendo que el contrario riera. —¿Qué dibujas? —pregunta sentándose a su lado.
—Me gusta dibujar las margaritas. —le muestro la hoja y el otro mira sorprendido.
—¡Que hermoso! Tienes talento...
—Jungkook, Jeon Jungkook.
—Soy Kim Taehyung, un placer conocerte. —ambos se que dan en silencio por unos segundos hasta que vuelve a hablar. —Tu nombre es muy famoso en el pueblo, todos hablan sobre tí. —Jungkook baja la cabeza desanimado y avergonzado. —Pero no tienes porque preocuparte por eso, solo son personas que no saben tu historia verdadera.
— Si lo supieran no cambiaría mucho.
—Puede que tengas razón, pero aún así puede llegar a cambiar el pensamiento de alguien.
Cuando Jungkook iba a hablar su conversación se vio interrumpida por el llamado de una mujer. Taehyung suspiró levantándose con pereza del banco, miró al pelinegro y sonrió.
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MARGARITAS | kooktae
FanfictionJungkook y Taehyung se encuentran en 1958, donde la homosexualidad es ilegal. Su amor florece en secreto entre las margaritas blancas, pero las duras realidades sociales los separan trágicamente, dejando solo el eco de su amor prohibido entre las fl...