Introducción: El mito

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En este mundo existen cuatro continentes, uno de ellos es conocido como Rodonia. Se dice que ha sido habitado por humanos por un largo período de tiempo.

Aunque ya no es como en el pasado cuando la magia abundaba, aún existen bestias de grandes tamaños, considerablemente peligrosas para la gente normal, al igual que la magia, misma que no puede manifestarte con fuerza por algún tipo de restricción, así que pocos magos pueden sobrevivir.

Los cambios en Rodonia han continuado, imperios han caído, reinos fueron construidos y conquistados por otros, sin embargo, más allá de la zona continental existe un pequeño reino insular, llamado Gales, ha persistido hasta nuestros días.

Este pequeño reino ha hecho historia por varias razones, una de ellas, las Diosas de la Guerra o Fortis Gudinder, un grupo de guerreras, que según la tradición cuidan de su reino y asisten a sus aliados en momentos de peligro.

Con el tiempo el enfoque del pequeño reino ha sido el desarrollo de tecnologías en materia naval y armamentística, los mejores artesanos navales se encuentran en Gales al igual que los herreros más talentosos quienes esencialmente son herederos de las razas antiguas (denominación usada para las razas élficas, la raza de los enanos, la raza de las bestias y la de los gigantes de quienes se desconoce su paradero, a estos últimos se los considera extintos), dichas razas ya no se encuentran en el continente.

La desaparición de las razas antiguas del continente parece que obedeció al surgimiento de una plaga que los historiadores denominaron: Marea negra. Una terrible enfermedad, que al igual que una manera golpeó sin piedad a tierras continentales, afectando principalmente a aquellos que poseían magia: magos, hechiceros, razas antiguas, bestias mágicas de cielos, tierra y mares.

Por entonces la primera Reina de Gales, la Gudinder Narvis dijo: les otorgo refugio y cura, a cambio servidme.

El mensaje fue llevado al continente tanto como pudo ser y muchos se negaron, orgullo u obstinación, quizás, fue incontable la cifra de aquellos que murieron sin la medicina. A medida que la amenaza de muerte continuaba, muchos tomaron su rumbo a Gales y se calcula que solo el 10 % de las diferentes razas relacionadas con la magia pudo sobrevivir.

Narvis si bien creo la medicina, también pagó el precio de la misma: su muerte, a cambio aseguró el futuro de su reino, esa es la historia que todos conocen.

Sin embargo, un detalle fue pasado por alto, ¿Quién heredaba a Narvis? Y es aquí donde se encuentran las huellas de un mito, porque su nombre y el de sus compañeras de batalla fue heredado y seguirá siendo heredado mientras su mito continúe, pero como todo el mito no puede continuar sin portadoras, esto también es un problema en sí mismo, dado que aquellas elegidas deben cumplir varios requisitos y de no cumplirse pueden llevar a consecuencias fatales, así puede que solo exista una Gudinder por generación o varias, lo único que importa es que siempre surgirá alguna cuando Gales esté en peligro.

¿Heredar un nombre es bueno? La respuesta que darían las involucradas sería un contundente: no, cada quien tendrá su motivo; sobre todo si se considera que para heredar un nombre solo se logra por dos circunstancias: por la muerte de la portadora previa y en muy raras ocasiones porque que su discípula se encuentra lista para asumir el nombre.

¿Quién desea ser una heroína si su destino probable es la muerte?

Es una pregunta que cada discípula se ha hecho en más de una ocasión.

En la generación actual por primera vez han surgido cambios y con ellos la esperanza de acabar con el mito.

Chaos GudinderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora