Capítulo 6

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❀~✿ ❀~✿ Fin❀~✿ ❀~✿

El día que todos temían finalmente había llegado. Husk, postrado en su cama, sufría en silencio mientras su cuerpo se debilitaba lentamente hasta llegar al límite de su resistencia. Cada respiración era un esfuerzo, cada movimiento, una lucha contra el dolor y la agonía que lo consumían desde dentro.

Sus amigos observaban con pesar cómo Husk enfrentaba su destino con una dignidad y valentía inquebrantables.

El descubrimiento a través de Rosie arrojó una nueva luz sobre la decisión de Husk de rechazar la cura. Su negativa a aceptar el tratamiento se debía a perder sus sentimientos.

Para Husk, la idea de renunciar a sus emociones, incluso para salvar su vida, era insoportable. Sabía que la pérdida de sus sentimientos sería una carga demasiado grande para llevar en su subconsciente.

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En la tranquila penumbra de la noche, Husk yacía sentado en su lecho, rodeado por un mar de flores y pétalos que parecían danzar en la tenue luz de la habitación. La oscuridad reinaba afuera, envolviendo el mundo en un manto de silencio y misterio que se filtraba por las rendijas de las ventanas entreabiertas.

Las flores, testigos silenciosos de su dolor y sufrimiento, se alzaban en un tributo silencioso a la vida que se desvanecía lentamente. Cada pétalo era un recordatorio de los momentos compartidos, de los sueños que una vez habían florecido en el jardín de su corazón.

Husk, en su quietud, parecía en paz consigo mismo, aceptando con resignación el destino que le aguardaba. Sus ojos reflejaban la serenidad de alguien que había encontrado la paz en medio de la tormenta, una calma que irradiaba desde lo más profundo de su ser.

Con un último destello de serenidad y aceptación, Husk dirigió una sonrisa al vacío, dejando que su corazón latiera por última vez en este mundo. En ese fugaz momento de despedida, sus ojos reflejaron una paz profunda y una resignación tranquila mientras se preparaba para cruzar el umbral hacia lo desconocido.

Con el último suspiro que escapó de sus labios, Husk cerró los ojos, permitiendo que la calma y la quietud lo envolvieran en un abrazo final. Fue un momento de trascendencia, un instante donde el tiempo pareció detenerse mientras el universo entero observaba en silencio.

En la oscuridad de la noche, Husk se despidió de este mundo, con su sonrisa más sincera, llevando consigo el peso de sus experiencias y el amor de aquellos que lo habían acompañado en su viaje.

El último suspiro de Husk parecía haber desatado un fenómeno extraordinario. Su cuerpo, ahora en reposo, se desvaneció en una neblina etérea, mientras las rosas, que alguna vez fueron testigos silenciosos de su partida, cobraron vida de manera mágica.

Con una rapidez asombrosa, las rosas comenzaron a brotar y florecer en la habitación, extendiendo sus tallos y hojas con una exuberancia inusual. Crecieron vigorosas y hermosas, transformando el espacio en un exquisito jardín que parecía palpitar con vida propia.

Las flores, con sus pétalos resplandecientes y sus fragancias embriagadoras, llenaron la habitación con una sensación de paz y renovación. Era como si la esencia misma de Husk se hubiera fundido con la naturaleza, creando un lugar de belleza y serenidad en honor a su memoria.

En medio del exuberante jardín de rosas que había surgido en la habitación, en el lugar donde una vez estuvo el corazón de Husk, se encontraba una única rosa marchita.

La rosa marchita, con su apariencia desgastada y marchita, se erigía como un símbolo conmovedor del amor no correspondido que Husk llevó en su corazón a lo largo de su vida. Cada pétalo marchito contaba la historia de los sentimientos no correspondidos, de las esperanzas que nunca se realizaron y las batallas emocionales que él enfrentó en silencio.

❀ Maladie de Hanahaki ❀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora