❀ Maladie de Hanahaki ❀

Capítulo 4

❀~✿ ❀~✿ Sentimientos ❀~✿ ❀~✿

"Husk, tienes que decirle a tus amigos"

"No son mis amigos, solo convivimos todos juntos..."

"Entonces simplemente hasta la cirugía y deja de sufrir"

"Prefiero ser un perdedor, que le ha dado todo... a que quedarme sin sentimientos"

"¿Husk...?"

"Prefiero ser aquel que pierde y muere por amor, aunque el dolor sea abrumador y la pérdida sea inevitable, a ser simplemente un cobarde que elige esconderse detrás de una vida vacía y sin significado."

La decisión de Husk resonó en el aire cargado de emociones, como un eco sombrío de la lucha interna que lo había consumido durante tanto tiempo. Decidir, morir, y no sacrificar sus sentimientos, era un acto de valentía y determinación.

Con el corazón pesado y la mente cargada de pensamientos sombríos, Husk se enfrentó a la realidad de su decisión. Sabía que renunciar a sus sentimientos sería como renunciar a una parte fundamental de su humanidad, una parte de quien fue en vida.

Husk llegaría a la última etapa de su enfermedad, lo haría con valentía y coraje que inspiraban admiración.

El terror en los ojos de Rosie reflejaba la profunda preocupación y el dolor que sentía al ver a Husk enfrentar la enfermedad. A pesar de todos los esfuerzos por convencerlo de buscar ayuda médica, Rosie entendía que la decisión final reposaba en los hombros de Husk.

Para Rosie, ver a Husk aceptar pasivamente el avance de la enfermedad era como presenciar una tragedia en cámara lenta. A pesar de sus súplicas y ruegos, no podía cambiar la determinación de Husk de enfrentar su destino con dignidad y aceptación.

El terror que sentía Rosie era una mezcla de impotencia y desesperación, una sensación de estar al borde de un abismo sin poder hacer nada para detener la caída de Husk.

"Al menos me dirás de quién te enamoraste"

"Fue hace tanto tiempo, tanto que los recuerdos se desdibujan en el tiempo, y ya apenas puedo distinguir las líneas de aquellos días pasados"

En medio del silencio tenso que llenaba la habitación, Husk tomó una pequeña pausa, sus ojos escudriñando el suelo como si estuviera buscando respuestas en las sombras que lo rodeaban. Cada pensamiento parecía pesar sobre él, cada emoción luchando por encontrar su lugar en su alma atribulada.

"Me enamoré sin saber realmente cómo se veía, sin conocer los matices de su rostro o los destellos de sus ojos. Me enamoré de algo más intangible, de algo que trascendía las fronteras del físico y se adentraba en lo profundo del alma: me enamoré de su voz, una voz que era transmitida por la radio."

"No me digas que es..."

"Cada palabra que pronunciaba resonaba en mi corazón como una melodía encantadora, como si las notas de su voz pudieran acariciar las fibras más íntimas de mi ser. Su tono, su cadencia, cada inflexión llevaba consigo una promesa de consuelo y compañía en medio de la noche... Y cuando lo vi por primera vez, su elegancia y su sonrisa me cautivaron aún más. Fue como ver un cuadro cobrar vida, cada gesto, cada movimiento era una obra maestra en sí misma. Cada detalle, desde la forma en que se movía hasta la manera en que hablaba, me recordaba por qué me había enamorado de él a través de las ondas de la radio."