O6: Tus labios sobre los míos.

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Está absolutamente decidido, su única meta ahora mismo es desenmascarar a ese omega que estuvo jugando con él, está seguro de que lo hechizó o le dio algo extraño durante la fiesta para que su lobo se esté comportando de la manera tan extraña en l...

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Está absolutamente decidido, su única meta ahora mismo es desenmascarar a ese omega que estuvo jugando con él, está seguro de que lo hechizó o le dio algo extraño durante la fiesta para que su lobo se esté comportando de la manera tan extraña en la que lo está haciendo.

Toda la mañana lo estuvo buscando entre clases y aulas, incluso se escabulló por la biblioteca en el almuerzo, pero todo fue inútil no encontró rastro del omega por ningún lado, es como si se hubiera esfumado. No sabe a quién acudir para sacar sus dudas y necesita sacárselas urgentemente o cree que va a explotar con toda esta nueva información que flota en su cerebro. Peina sus rizos hacia atrás en un reflejo de su inquietud.

Jukyung estuvo acechándolo desde hace días y jura por los Dioses que si vuelve a escuchar su voz una vez más, le gruñirá en la cara o la enterrara viva. No sabe de qué forma hacerle entender que no están saliendo y que deje de acosarlo, se lo dijo en más de una ocasión y la omega no parece hacer más que oídos sordos. Como ahora que le está coqueteando de lejos y hace unos segundos se acercó hasta su oído para decirle con su molesta voz chillona que la mire mientras nada.

La piscina. Mierda, Chan piensa, es el único lugar donde olvidó buscar. Está seguro de que Felix está allí escondido porque de alguna forma presiente que ahora él sabe su secreto. Camina con pasos decididos, su alfa ruge en su pecho, necesitando el aroma del omega y de poder tocarlo o tan si quiera verlo. A este punto eso es lo que menos le preocupa a Chan.

Felix está allí cuando entra, está pasando el recoger por los costados de la piscina, tiene auriculares inalámbricos puestos, unos shorts demasiado cortos de color negro y una remera más grande que él que cubre la mitad de sus short y parece estar cantando. Chan no se permite darse un segundo para admirarlo, sus dudas carcomen su cerebro y alteran a su alfa más y más.

— ¿Estás en una manada? — tira cuidadosamente del brazo del omega, la piel es tan suave al toque que siente que podría derretirse por la necesidad de volver a tocar. El pecoso frunce su ceño y toca uno de sus auriculares para pausar la música.

— ¿Qué? — él pregunta confundido, frunce su nariz de forma adorable e inclina su rostro hacia un costado. — ¿Cómo te fue con la profesora Choi?

— ¿Estás en una manada? — insiste y él se tensa, mira a los lados y cubre su boca con una de sus suaves manos. Dioses, Chan siente que se podría derretir ante el toque.

— ¡Shh! ¡No digas idioteces! — Felix dice y lo empuja por el pecho cuando deja sus labios libres. Él sacude el recogedor y lo deja sobre la pared. — No quiero hablar de eso, no te incumbe.

— No digas estupideces, tu me hechizaste, hiciste algo de omega puro que hizo que mi alfa se despierte. — sus manos se mueven de forma histérica y señala al omega que pone una mueca de incredulidad y luego se ríe.

— Por eso mismo no te incumbe, la gente no hace más que discriminarnos y darnos un trato distinto cuando lo saben. — él se queja y comienza a caminar hacia los vestidores. Hay algunos alumnos mirándolos con curiosidad y la ridícula de Jukyung parece quemarlos con su mirada. Bang Chan ignora todo eso.

Through sleepy eyes › chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora