Bang Chan es el chico más popular de toda la escuela secundaria, es capitán de los Sky Blue, es uno de los mejores jugadores de fútbol americano de todo el condado siendo una gran promesa. Tiene acostones con los omegas y las omegas más atractivos d...
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- ¡¿Con un Bang?! - escucha a través de la puerta de madera, un gruñido le sigue y Chan se siente incómodo al lado del beta que parece dudar al igual que él si llamar o no a la puerta.
- ¡No es mi culpa que La Diosa Luna me haya maldecido! - Chan reconoce esa voz, y su alfa lo hace sentirse nervioso en su lugar, el beta a su lado frunce un poco su nariz.
Bang no sabía que los betas podían sentir aromas, al menos en su entorno jamás supo de un beta que verdaderamente pudiera hacerlo, pero a este punto no hay mucho que pueda sorprenderlo realmente. Finalmente el beta toca a la puerta que es abierta rápidamente y revela al gran alfa que a partir de ahora definitivamente será parte de sus pesadillas.
- Inclina tu cabeza en forma de respeto frente a mi muchachito, aprende de Jun. - él le gruñe y Chan entrecierra sus ojos apenas antes el gruñido, se encoge de forma inconsciente ante el sonido y el beta a su lado baja su cabeza de forma casi sumisa. - Lo siento Jun, gracias por traerlo. Ten un buen turno. - él dice casi de forma amable, pero ahora mismo lo único que parece querer hacer es asesinarlo y Chan no lo culpa. Aunque no entiende la razón. - Pasa.
Chan lo hace, murmura un pequeño agradecimiento, sigue los pasos marcados y pesados del alfa frente suyo, apenas le da tiempo de recorrer el lugar con su mirada porque solo puede mantener su vista en el suelo. Cuando los pasos se detienen, una pequeña mesa en lo que parece ser la cocina lo recibe junto a un Felix apoyado en la isla de la cocina con una expresión de molestia en su rostro.
- ¿Y bien? - el alfa castaño y de ojos fríos pregunta, Chan se mantiene en su lugar y guía miradas desesperadas desde el omega hasta la alfa que está sentada sobre una de las sillas de la pequeña mesa de desayunar con sus piernas abiertas y sus brazos cruzados, sin duda es una gran alfa. - Felix, ¿no te gustaría contarnos algo muy emocionante que descubriste este último mes?
El tono del alfa es completamente irónico provocando que Felix resople y ruede sus ojos con molestia desde donde está, lo mira de reojo y Chan siente que se puede orinar en sus pantalones en cualquier momento si alguien no le explica lo que sea que esté pasando justo ahora porque su alfa no hace más que presionar sus costillas en una forma desesperada y está seguro de que está comenzando a oler de la mierda porque Felix lo mira fijo esta vez mientras frunce su nariz y se remueve incómodo en su lugar.
- La Diosa Luna nos unió desde nuestro nacimiento, Chan. - él finalmente habla entre medio de un pesado suspiro, rascando su nuca de forma incómoda y Felix solo puede fruncir su ceño en completa confusión. - Fuimos bendecidos con su luz, nos bendijo como destinados a ser alfa y omega. Uno mismo. - él dice en un encogimiento de hombros y su mirada se mantiene clavada en el suelo.
Chan siente que va a caer y se tira de forma patética sobre una de las sillas, no pide perdón ni permiso porque se siente aturdido, su lobo se agita en su pecho y aúlla de lo que parece ser alegría. Lleva una da sus manos allí y presiona con fuerza porque siente que va a explotar o se va a desmayar. La alfa lo está recorriendo con su mirada y el alfa de la manada no parece mirarlo con nada más que odio puro en sus ojos.
