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16/04/26

Zhang hao acababa de levantarse solo de la cama, Hanbin no estaba pero el no paraba de vomitar en el baño, llevaba días con nauseas y rezo por qué no fuera lo que el pensaba.

Se había cuidado, había tomado las pastillas y... ¿en que momento pasó?

Sus ojos se cristalizaron, no queriendo contarle a Hanbin la verdad. Que era un defecto, que era un error como tantas veces le había dicho su padre.

Después de limpiarse el rostro se dejó caer por la pared y rodeó sus rodillas.

"Un hombre que puede dar a la luz es sólo un defecto más, es asqueroso, no pienso quererle como mi propio hijo..." Hao solo tenia doce años, de repente tuvo dolores de tripa y descubrió algo que le marcaría la vida.

Era un doncel.

Era algo que no debía existir.

De repente volvió a sentir nauseas y se agarró del lavabo de nuevo, no entendía que estaba expulsando de su cuerpo si ni si quiera había desayunado aún.

No quería perder a su cachorro.

Pero tampoco quería decirle la verdad a Hanbin.

Volvió a limpiarse el rostro una vez más y bajo al salón encontrandose a Gunwook, Taerae, Jiwoong, Hanbin, Gyuvin, Ricky y Matthew lanzando algo de confeti para gritar un "Feliz cumpleaños" al unísono.

Era su cumpleaños, tenía tantas cosas en la cabeza que ni si quiera lo había recordado.

No era algo que amaba, llevaba años sin celebrarlo.

"¿Chicos?" Dijo confundido bajando las escaleras.

"Taerae me dijo que llevabas mucho tiempo sin celebrar tu cumpleaños así que quise hacer algo especial." Dijo Hanbin con una sonrisa, mientras los ojos del menor se cristalizaban, soltando un pequeño sollozo.

"Hey, bebe, no llores..." Dijo envolviendole entre sus brazos para que el resto le abrazara también.

"Estamos todos contigo Hao, no estas solo nunca más" Dijo Gyuvin.

"Exacto, somos una pequeña manda algo extraña desde ahora" Afirmó gunwook.

Y Hao sonrió. Eso eran, una manda extraña, compuesta por tres humanos, dos hombres lobos y dos vampiros, ¿quién lo diría?

Llevaron a Hao al sofá y encendieron las velas de la tarta. Empezando a cantar la melodía tan famosa, llamada "cumpleaños feliz"

Hao había odiado toda su vida esa canción, por que no era un cumpleaños feliz, ¿pero ahora? La amaba con todo su corazón, ya que significaba que estaba un año más con sus amigos.

Aun así, asustado por lo que diría Hanbin de él, llevo su mano a su vientre y escondió esa verdad, no dijo nada.

Un mes, dos meses, tres meses... Hao estaba asustado de que Hanbin se diera cuenta de algo.

Los vómitos habían desaparecido, pero los antojos extraños habían llegado.

Ahí estaba comiendo galletas saladas, con mostaza y nubes de azúcar.

Las lágrimas se escurrieron mientras masticaba aquella delicia para el.

¿Y si se iba?

Amaba a Hanbin, pero amaba mucho más a su cachorro que estaba en su vientre.

¿Qué debía hacer?

No quería que Hanbin le odiara, y mucho menos que le obligará a perder a su hijo, como Yixiang hubiera hecho.

Cogió un papel y un boli y suspiró.

Sweet Blood ~ HaobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora